Imprescindible título dentro de lo que es el género fantástico, además tiene un regusto a clásico que no hay quien se lo quite y ha envejecido muy bien, a diferencia de buena parte del cine de los 50. Los efectos especiales son muy imaginativos y adelantados a su tiempo -pura artesanía visual-, y cumplen perfectamente con su cometido a pesar de los años. El film es una lucha contra reloj entre un hombre diminuto y un entorno hostil por lo desmesurado. Lo mejor de su propuesta es que elementos inofensivos de la vida cotidiana como un gato, una aguja o una araña, cobran una dimensión terrorífica y amenazante hasta hacernos sentir inmersos en un mundo apocalíptico sin salir del hogar.

Es intensa y entretenida de principio a fin, sin condiciones. Posee secuencias míticas y memorables como el duelo con la araña que han contribuido a su estatus como cine de culto. Su argumento nos hace replantearnos nuestro lugar en el universo.

El cine se inventó para esto.

¡Y porque el tamaño no importa! DIEZ SOBRE DIEZ.