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Voto de Sgt Pepper:
8
Drama. Comedia. Intriga Un profesor de literatura francesa, desalentado y hastiado por las insulsas y torpes redacciones de sus nuevos alumnos, descubre entusiasmado que, por el contrario, el chico que se sienta al fondo de la clase, muestra en sus trabajos un agudo y sutil sentido de la observación. Este chico, que se siente extrañamente fascinado por la familia de uno de sus compañeros, escribirá, animado por el profesor, una especie de novela sobre esa ... [+]
29 de julio de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Germain, profesor de literatura de instituto, hastiado de corregir redacciones banales de sus alumnos, descubre en una de ellas y en su autor Claude, "el chico de la última fila", una vía de sublimar su frustración literaria a través del relato voyerista sobre su compañero de clase Rapha, su famlia y, sobre todo, su casa.

Claude, que muestra un descaro narrativo comparable al Humbert Humbert de "Lolita", entrega sus redacciones con un misterioso "continuará", como capítulos de su obra. Alentado por la posibilidad de ser el maestro literario (aunque rehúse usar ese término) de su alumno, Germain (y colateralmente su mujer) se adentrará en la urdimbre que Claude teje con sus narraciones, y que paulatinamente se vuelve más difícil de distinguir entre realidad o ficción.

Así podríamos presentar la genial trama que ha plasmado François Ozon en esta interesante historia, adaptada de una obra teatral de Juan Mayorga, "El chico de la última fila", con la que el director francés ha ganado la Concha de Oro a la mejor película y Premio del Jurado al mejor guion en el Festival de San Sebastián 2012. Es su origen teatral quizá lo que propicia esa puesta en escena tan directa y rápida, que te sumerge en la acción como observador directo a quien se le despliegan los acontecimientos, como asomándonos a un escenario.

Se alimenta fuertemente el filme de la crítica sempiterna de los intelectuales hacia la clase media, a su vacía vida que carece de sentido más allá del entretenimiento de masas y las superficiales relaciones que conforman el día a día. Así lo refleja Germain (escritor) y su mujer Jeanne (galerista de arte moderno) al supervisar desde la distancia superior que proporciona su posición claramente intelectualista el relato sobre la vida de la familia de Rapha que Claude les va entregando casi por fascículos.
Pero no son conscientes que están cayendo en la trampa que el propio Claude maquina de manera involuntaria, y que se condesa en simple final (la parte más floja de la historia).

Todos los personajes a los que Claude cala hondo comparten algo: esa opresión sentimental ante la derrota de sus sueños inconfesables, frustración que se ve disuelta gracias a la intrusión de Claude en sus vidas, para bien o para mal para ellos. Y es que esa frustración no entiende de clase, de estudios, de posiciones sociales, pues en el fondo todos son educados con la esperanza de que sus vidas despuntarán en un futuro triunfador, y se ven golpeados por la mediocridad cotidiana a la que se ven atados.

No nos damos cuenta, pero conforme la trama se desenreda nos vamos pareciendo cada vez más a Germain, queremos leer más redacciones de Claude, cueste lo que cueste, y finalmente perdemos todo por arriesgarnos. Pero no se asusten, asómense a la casa y déjense llevar por el encanto y olor inconfundible de la clase media. No se arrepentirán.
Sgt Pepper
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