Richard Gere ya me produce grima solo de oír su nombre, eso lo confieso. No puedo, no lo resisto, y eso que en "Sin aliento" me lo llegue a creer por unos momentos.
Pero encontrarse con esos melodramas prefabricados con total procacidad y impunidad, casi de manera obscena, y con un sentido del sentimentalismo cercano al objetivo de la pornografía, eso debería ser hasta delictivo.
Tiene su público, lo sé, y sé que les complace llorar con dramas apoteósicos tan febrilmente diseñados que podrían entrar en el dominio de la ciencia ficción.
Por qué la vi?
Porqué después mi pareja necesita ser consolada de tanto dramatismo. Y yo, de paso, comienzo el proceso del olvido. Aunque en esta ocasión creo que costará un poco más.