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España España · Barcelona
Voto de rober:
6
Drama. Comedia Cheyenne es una decrépita y excéntrica estrella de rock. Vive en Dublín de los derechos de autor. Tras la muerte de su padre, con quien no mantenía relación alguna, se traslada a Nueva York y descubre que su progenitor vivía con una obsesión: vengarse de una humillación. Cheyenne decide cumplir ese deseo de venganza, pero, para ello tendrá que emprender un viaje a través de América. (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Sorrentino se le ha de agradecer su interés en buscar maneras diferentes de contar historias. En este caso, la peli cuenta con muchas cosas buenas: una interpretación magistral de Sean Penn, una fotografía fascinante, una música que tiene el poder de engancharte a la pantalla... Me gusta la manera en que nos vamos introduciendo en la historia. Tras las primeras escenas, mi primera impresión es que Cheyenne es una persona insulsa y superficial, que vive montado en el dólar sin dar un palo al agua. A medida que avanza el metraje cambia mi impresión sobre él, y todo ello a la vez que el protagonista vive su propio proceso de crecimiento y catarsis. Además, Sorrentino juega con el absurdo, se ríe de los géneros y hasta de sí mismo. Y nos introduce en los conflictos del protagonista (la culpa, el paso del tiempo...) de una manera ligera y sutil, casi sin darnos cuenta. En ese sentido, la película es muy destacable.

El problema, quizá, es que la historia termina siendo un tanto deslavazada. La película está llena de grandes momentos, pero el conjunto no acaba de funcionar. Me gusta el invento del juego de pelota en la piscina sin agua, pero me parece absurda la historia sobre el interés de Cheyenne en hacer de alcahuete. Destacaría no menos de 50 planos que me han gustado: carreteras de Nuevo México, una madre flotando en una piscina, grandes praderas nevadas... Algunas escenas son muy destacables, como la conversación del protagonista con David Byrne, o la posterior con Harry Dean Stanton, la canción con el niño, el encuentro final y su desenlace... El problema es que las cosas no acaban de ensamblar. Me ha gustado mucho la canción que interpreta David Byrne y la manera en que está filmada la actuación del grupo, pero no deja de ser un pegote con poco sentido en el global de la peli. Y el sentido del humor... ¿A alguien le pueden hacer gracia los "golpes" supuestamente de risa, como Frances McDormand haciendo tai-chi o el judío encerrado en el lavabo de un hotel?

De todos modos, agradezco este tipo de apuestas. La próxima de Sorrentino la veré con curiosidad.
rober
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