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España España · Barcelona
Voto de reporter:
6
Drama. Comedia Cheyenne es una decrépita y excéntrica estrella de rock. Vive en Dublín de los derechos de autor. Tras la muerte de su padre, con quien no mantenía relación alguna, se traslada a Nueva York y descubre que su progenitor vivía con una obsesión: vengarse de una humillación. Cheyenne decide cumplir ese deseo de venganza, pero, para ello tendrá que emprender un viaje a través de América. (FILMAFFINITY)
12 de mayo de 2012
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Un lugar donde quedarse' (en su versión original, 'This Must Be the Place') esperada última obra de uno de los autores italianos más fascinantes de los últimos tiempos. El eterno outsider (el mejor de los piropos sabiendo de dónde viene) del país transalpino vuelve después de poco más de tres años en silencio; después de la virtuosa pero también discutida 'Il Divo', biopic sin igual del lánguido y oscuro político Giulio Andreotti. Sorprende que para su regreso este provocador nato haya vuelto a aliarse con la productora Medusa, propiedad del todopoderoso Silvio Berlusconi. Maniobra que debe entenderse en clave de mayor acceso a recursos, y -imposible ocultarlo- porque si algo aprendimos de su citado último trabajo hasta la fecha es que hablamos de un realizador que tampoco le hace ascos a personajes como ''Il Cavaliere'' (por cierto, ¿para cuándo una película dedicada a la vida y obra del magnate desahuciado por Frau Merkel y su euro-banda?).

Sea como fuere, Sorrentino se ha hecho con los servicios siempre estimables de Sean Penn, que para la ocasión se saca de encima la cara de resaca (¡sorpresa!) y se pone en la piel de Cheyenne, una antigua estrella del rock sospechosamente parecido a Robert Smith, vocalista de The Cure, que lleva veinte años apartado de los escenarios, disfrutando -o no- de su vida de casado en su ostentosa mansión, y que recibe la noticia de la repentina muerte de su padre. Tenemos el ya clásico personaje central peculiar con el que tanto le gusta contar al cineasta italiano. Un personaje que no llega a las altas cotas de cinismo de aquellas brillantes composiciones de Toni Servillo ('Las consecuencias del amor', por ejemplo), pero que sin duda entra de lleno en la categoría de extraterrestre; de perro verde, o como guste llamarle.

Con una comicidad muy cercana a la del Bill Murray al servicio de Sofia Coppola o Jim Jarmusch (muy interesante, desesperante dirán otros, maduración del concepto ''desangelado'' como sinónimo de humor), el actor permanentemente ocupado en tareas solidarias se pone toneladas de maquillaje en la cara y recorre todos los Estados Unidos en busca de aquello que todo héroe, desde la tradición más clásica hasta la contemporaneidad más rabiosa, ansía. Esto es, encontrarse a sí mismo, o por lo menos aquello que le define. Algo que el bueno de Cheyenne, tras años de acomodado y castrador reposo, ha olvidado. Es por ello que decide embarcarse en lo que será la reconstrucción de la historia de su progenitor, que le lleva hasta la Segunda Guerra Mundial.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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