Mezcla habilidosa de los géneros que más me gustan: Thriller, robos, atraco, intriga; resuelta con gran pericia por Daryl Duke, su director.

Vamos a despiezarla sin descubrir nada: Consigue con la sencilla historia de un empleado de banca, sostener la atención durante más de hora y media, salpicando con giros simples pero efectivos, que asociados a una trama envolvente a través de ciertos elementos, juegan al despiste. Mantiene la suficiente carga para resolver una seducción atrapada, que no descubrimos hasta los últimos minutos, donde al fin, todo parece ajustar con precisión.

Elliott Gould, construye un personaje brillante y ambiguo que hace dudar de continuo, sobre sus búsquedas, conduciendo al espectador a una cierta desorientación necesaria y útil.