He encontrado entre el cine argentino, un buen puñado de películas que me han dejado poso... huella, buen sabor de boca... o como queramos llamarlo.

Crímenes de Familia, en la que no confiaba demasiado, por lo disperso de su argumento y la cantidad de pequeñas subtramas, me ha sorprendido agradablemente.
Cecilia Roth, es una magnífica actriz a la que el tiempo ha conferido una serenidad que sabe transmitir con elegancia en sus diferentes interpretaciones.

Los personajes muestran una gran verdad a través de sus variados registros, todos ellos bien acometidos por el guión y de manera primordial, la dirección de Sebastián Schindel; los diálogos se han cuidado, así como el lenguaje y las disertaciones judiciales.

Aunque es una película gestionada desde el intimismo, el ritmo aquí no es un obstáculo, pues está bien medido para que no suponga ese frecuente lastre, por el que se mueve habitualmente este cine genérico.