He visto esta película varias (incluso fui a verla al cine), y aunque cuente con un mensaje muy patriótico hacia lo guay que es el pueblo americano, y que malos eran los ingleses que nos tenían sometidos; debo reconocer que tiene algo que me engancha y me hace disfrutar.
La historia nos presenta a un hombre de familia que es viudo y que se tiene que hacer cargo de todos sus hijos. Él es un hombre que está en contra de las guerras ya que vivió una y no quiere ser testigo de otra. Pero algunos de sus hijos solo sueñan en combatir en la guerra de Independencia. Eso hará que se plantee ciertas ideas de si intervenir o no en la guerra, y por supuesto cuidar de que su familia no sufra con todo lo que acarrea un conflicto bélico de tales magnitudes.
Roland Emmerich deja su género favorito que es la ciencia ficción, y se introduce de lleno en una historia bélica con toques clásicos y mucha historia. Su trabajo es bueno, y nos presenta el conflicto desde un punto de vista más dramático que bélico, en el que el peso de los lazos familiares tiene un gran valor. Es más, sería la columna vertebral de una trama que nos introduce de lleno en la guerra que creó a los Estados Unidos.
Un gran reparto se inmiscuye en este trabajo, y está encabezado por una de las estrellas del momento. Mel Gibson se pone en la piel de este padre de familia que debe luchar por conservar a su familia y también sus ideales tanto dentro como fuera del campo de batalla. Su trabajo es bueno como nos suele tener acostumbrados, y aunque no resulte del todo brillante sí que cumple con el objetivo.
Junto con él, diversas estrellas. Joely Richardson, Jason Isaacs, Chris Cooper, Tcheky Karyo o Tom Wilkinson derrochan talento demostrando la enorme capacidad actoral que tienen. Y además, un joven actor que hasta esa fecha había realizado películas no muy exitosas. Heath Ledger se hizo un hueco en el mundo del cine y su trabajo lo catapultó a una fama que luego no pudo aguantar. Uno de sus primeros trabajos en los que demuestra su gran talento, el cual fue truncado cuando se suicidó.
En fin, "El patriota" es una película que se disfruta bastante bien y que no resulta aburrida. Es cierto que cuenta con ciertos momento panfletistas pro Estados Unidos en plan "que guay somos y no hay nadie como los americanos". Pero dichos momentos se solapan gracias a una historia entretenida, buenas interpretaciones, una ambientación cuidada al detalle, una delicada fotografía y una banda sonora creada por el maestro John Williams que enamora en cada una de sus notas.