Stanley Kubrick siempre ha sido un director polémico en todas sus películas, y "Barry Lyndon" no iba a ser una excepción. Su recreación de un personaje ficticio en el siglo XVIII como si fuera real, ha dividido a la crítica durante años.
He de decir que es la segunda vez que veo esta película. La primera vez, no me gustó nada. Su ritmo lento, me aburría. Y la verdad es que la historia no me atrajo mucho.
El otro día, decidí darle una nueva oportunidad, y la volví a a ver. Reconozco que me gustó mucho más de lo que yo recordaba, y aunque su ritmo resulta en ciertas ocasiones pesado; hay que decir que la historia me cautivó.
Creo que el director utiliza una herramienta que resulta ser un arma de doble filo, ya que atrae por momentos, pero en otros su uso repetitivo es lo que hace que decaiga el ritmo y por consiguiente la atención. A lo que me refiero es a centrar la cámara en un detalle e irse alejando hasta cubrir una escena mucho más global. Esto da la percepción de estar viendo un cuadro clásico. Uno se acerca a ver un detalle de la pintura, y poco a poco se aleja para observar todo el conjunto.
Como decía esto resula muy interesante y funciona en muchas ocasiones; pero en otras escenas hace que el continuo uso de esa técnica no resulte interesante.
Creo que "Barry Lyndon" recrea muy bien la época y nos expone bajo este personaje los excesos y locuras que vivía esta sociedad. Como un joven sin ninguna maldad, se transforma hasta convertirse en el codicioso y agresivo ser que uno ve. El encargado de dar vida a este joven es Ryan O'neal, el cual realiza un buen trabajo.
Aunque hablar de esta película y no nombrar su banda sonora, es como si no se hablara de ella. Un conjunto de melodías que ha perdurado a lo largo de lo años, nos acompañan en cada escena y en cada momento. Se trata de una banda sonora que muchos músicos hoy en día siguen versionando.
En fin, nos encontramos ante un film que he vuelto a descubrir. Tal vez su ritmo pausado y su duración (casi 3 horas) echen un poco para atrás. Pero que eso no sea motivo para ver la historia de este joven que la vida y la sociedad transformó de un muchacho enamoradizo, a un hombre que solo buscaba su propio beneficio y prosperidad. La doble cara de una sociedad, que por desgracia no ha cambiado tanto.