"Todo incluido" es lo que uno se espera, una comedia que no brilla mucho y que cuenta con alguna escena que resulta divertida gracias a unos gags efectivos.
Peter Bellingsley dirige esta comedia que no consigue funcionar del todo. Ello es debido a una historia mal llevada pero que podía haber funcionado mucho mejor si se hubiera tenido más picardia para crear las escenas. Un film lleno de momentos que se quedan a medio gas y que no llegan a producir gracia, aunque uno intuya que se han creado para ello.
No obstante, debo decir que la película cuenta con algunas escenas que sí funcionan gracias a algunos personajes que llevados en algún momento a una situación extrema, el gag resulta efectivo. Pero debo decir que son un poco escasos dichos momentos, y sinceramente creo que es más cuestión de suerte que otra cosa el que resulten acertados.
Los actores tampoco es que estén muy sobresalientes. Ninguno de ellos realiza una gran interpretación, pero la verdad es que no resultan decepcionantes. Sus trabajos se inundan de ese halo en cierto modo mediocre que inunda a toda la película.
Es un film destinado únicamente para desconectar de todo y no pensar en nada. Es perfecta para esos días en los que uno solo quiere sentarse delante del televisor y olvidarse de todo. Aun así, que uno no se espere que se va a divertir mucho, ya que la comedia aparece solo en momentos muy puntuales.
En fin, es una película que no consigue convencer ya que no está bien desarrollada y la trama se diluye en escenas que no consiguen captar la atención de uno. Es un film que decepciona en cierto modo, ya que uno intuye antes de verlo que va a ser lo que realmente es; una comedia con poca gracia.