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Voto de JuanCádiz:
10
Drama Año 30 de nuestra era. En la provincia romana de Judea, un misterioso carpintero llamado Jesús de Nazareth comienza a anunciar la llegada del "reino de Dios" y se rodea de un grupo de humildes pescadores: los Apóstoles. Durante siglos, el pueblo judío había esperado la llegada del Mesías - personaje providencial que liberaría su sagrada patria e instauraría un nuevo orden basado en la justicia-. Las enseñanzas de Jesús atraen a una gran ... [+]
10 de abril de 2010
294 de 327 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para algunos, Jesús fue el hijo de Dios. Para otros no fue más que un revolucionario. Y los hay también que creen que sólo fue un pobre iluso (con muy buenas intenciones, eso sí) que se creyó sus propias fantasías. Difícilmente se podría poner de acuerdo a toda esta gente entre sí. De lo que no hay duda, y aquí todos coinciden, es que la figura de Jesús existió.

En 2004 Gibson realiza su versión de La Pasión de Cristo, centrándose exclusivamente, como bien aclara su título, en lo que es conocido como "La Pasión"; las últimas 12 horas de la vida de Cristo. Como era de esperar a nadie deja indiferente. Mientras la mitad del planeta se rinde ante el aclamado film, la otra mitad lo tira por tierra dando en la mayor parte de los casos unos argumentos que a mi personalmente no me convencen. De entre todos ellos destaco el "pero" que más se oye: "Violencia gratuita".
El correcto uso del término "violencia gratuita" es cuando se realiza, o expone, actos violentos que no vienen a cuento. ¿De verdad os parece que no es necesario hacer una reconstrucción violenta de unos hechos que sí fueron tremendamente violentos?. A mi me parece que es muy necesario si se quiere ser fiel a lo que se está reconstruyendo. Desagradable, aterrador, perturbador... sí. Gratuito no.
Eso es lo que siempre pedimos, ¿no?. Que las historias que nos cuenten no sean un timo. No queremos trolas inverosímiles. De hecho rajamos que da gusto de las películas con severa falta de rigor. Y resulta que viene Mel, nos pone toda la carne en el asador, y medio patio de butaca se echa las manos a la cabeza. A mi juicio, hipocresía pura y dura. Es como pedir a un pintor que nos haga un retrato pero pasando por alto nuestros defectillos. Ya estamos muy mayores para las medias tintas.

Hace unos días pasaron una serie de tv llamada "María, madre de Jesús". El primer capítulo arranca y la primera imagen que muestra es la de Jesús crucificado pronunciando "Mujer; he aquí a tu hijo. Hijo; he aquí a tu madre". 12 horas antes de la mítica frase se produjo la paliza que ya todos conocemos. En "María, madre de Jesús" nos perdemos todo eso aunque se da por sentado que sucedió horas antes. Sin embargo, aquel Cristo parece que llegó de estar toda la mañana en su casa. No sangraba, no se le veía dolor en el rostro, su voz salía firme y sólida. Y fue al ver aquello cuando pensé en aquel "Mujer; he aquí a tu hijo..." de Caviezel. La voz entrecortada, temblorosa y agónica; su cuerpo, nunca mejor dicho, hecho un cristo. Su rostro delatando agonía. Los asombrosos planos de su piel hecha jirones.
¿Sabéis que pensé mientras miraba al primero y recordaba al segundo?: pensé que me reafirmo en mi 10 a La Pasión de Cristo. No me creo a un Cristo que no agoniza. Me desmotiva.

Tengo una opinión que es muy personal. Gibson no cae precisamente simpático al espectador. Creo que bastante gente suspende la película, no por su falta de calidad, sino por ser él quien se esconde tras ella. Así de simple.
JuanCádiz
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