Acción desenfrenada, suspense, intriga y situaciones límite; estas vendrian a ser las pautas básicas que definen a esta gran serie, trufada de engaños, traiciones y giros de guión. Emoción por encima de realismo.

Sí, puede que sea una "americanada", que ensalze el patriotismo y el amor (casi adoración) al presidente de los EEUU, pero hay algo en el tono de la serie, una especie de candidez e inocencia (algunos dirán estupidez), que hace que resulte dificil no empatizar con los personajes y sus desventuras.

Si logras despojarte de todos los prejuicios que suelen aplicarse a este tipo de productos te encontrarás con una serie muy entretenida y adictiva; un entretenimiento puro y duro que no pretende (o al menos yo así lo veo) concienciar sobre los peligros del terrorismo, ni sobre nada. Su objetivo es mantenerte pegado a la pantalla, y lo consigue.