La estética de Spectral seduce. Es una peli con una manufactura técnica hiper cuidada, pulida hasta dejarla en el brillo adecuado. Su potencial fotográfico genera planos/cuadro de un color sepia que derrite la retina. Es una peli que disfrutarás de verla.

Hay una trama detrás, apoyada sobre la condensación de Bose-Einstein. Aquí la ciencia ficción no se monta cual disparate (allí donde colisionan las licencias poéticas de tanto despojo sci-fi). El cuidado por la sobriedad argumental; el armado conceptual de esta historia mil veces vista hace que la veas con respeto. No te toma por idiota, y el espectador devuelve casi por reflejo esa actitud.

Sin embargo, siento que la obra falla a la hora de definir su identidad. No tiene porqué ser genérica, pero tarde o temprano debe elegir una tendencia y construir una atmósfera desde allí. Y no lo hace. No pretende ser bélica, ni de terror, ni de suspenso puro y duro. Durante su visionado, el tono de la peli va rebotando sobre estos formatos sin echar raíces en nada. Se decide a contarte algo, pero desde una postura indeterminada. Eso termina por generar frialdad, distanciamiento. Te comprometes a seguirla, porque te pide que lo hagas, pero no te invita a sentirla porque no empatiza contigo. Solo mantiene sus distancias.