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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Juan Rúas:
9
Intriga. Thriller Después de ser secuestrado, Paul Conroy (Ryan Reynolds), contratista civil en Irak, se despierta enterrado vivo en un viejo ataúd de madera, sin más recursos que un teléfono móvil y un mechero. El teléfono podría ser el único medio que lo salvara de esa mortal pesadilla, pero la precariedad de la cobertura y la escasa batería parecen obstáculos insuperables en su lucha contra el tiempo: sólo dispone de 90 minutos para ser rescatado ... [+]
7 de diciembre de 2010
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las, primeras, virtudes de Enterrado es su posicionamiento (¿a?)político con respecto a las fuerzas de choque: Norteamérica ni se ensucia los dedos e Irak figura como siempre figuró dentro de la última guerra, como un montón de tipos con acentos raros que representaban una amenaza tan real como vaporosa. Esto hace que en Buried el enemigo no sean ni los gringos ni los irakies, el verdadero enemigo es el cajón y el tiempo.

Superado el escollo de las bajadas de línea, que aún así siempre están puesto que no existen las películas apolíticas, Enterrado condensa su núcleo dentro de un único espacio, algunos recursos a mano y ocurrencias "del momento" que le permiten estirar un poco su extensión para adecuarla a la gran pantalla. Una cámara que labura con oficio dentro de sus evidentes limitaciones y que muestra un talento casi innato para posicionarse lo más astutamente posible en cada toma. Esto hace que Buried sea, curiosamente, una película borrosa desde la luz y nítida desde el espacio donde se mueve el protagonista. Los travellings son decisivos, le otorgan movimiento a cada secuencia, ese movimiento del que el prota no puede disponer dada su situación.

Ryan Reynolds entrega su intensidad al ritmo de la peli: tensión, calma, tensión in crescendo hasta un climax final de factura notable. En ese aspecto la peli es bastante clásica en como predispone los tonos, pero con una temática adecuada al presente (podría estar enterrado por cualquier otra circunstancia). El terrorismo aquí es claramente una excusa, una excusa manejada con discresión tramposa, puesto que la peli parece abandonar al prota bajo la arena de su propio inoportunismo político.
Es el conductor, estaba en el momento menos pensado en el lugar menos adecuado.
Juan Rúas
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