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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Juan Rúas:
9
Acción. Ciencia ficción. Terror. Comedia Una ciudad está aterrorizada por miles de tiburones que han sido transportados por un huracán. Cuando los tornados se empiezan a formar, los mortíferos escualos comienzan su destrucción en el agua, la tierra y en el aire. (FILMAFFINITY)
8 de noviembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imposible analizar Sharknado como si desmenuzaramos cualquier otra peli al molde, porque Ferrante se fue del molde y no tuvo verguenza. Sharknado es una desfachatez, coherente dentro de su incoherencia. Ha hecho del absurdo un leiv motiv y lo respeta con un cuchillo entre los dientes.

Absurdo es una palabra que se utiliza para designar cualquier hecho, reacción o situación que a priori viole las leyes del sentido común. Proviene de lo más profundo de la irracionalidad y existen técnicas muy sofisticadas para construirlo. Sharknado las tiene, porque en el fondo calificarla de estupidez no sirve si pretendemos señalarle una característica: simplemente estamos sintetizando todo dentro del juicio de valor que nosotros tenemos de ella. En resumen, que Sharknado puede no habernos dejado algo sustancial, pero nosotros tampoco estamos diciendo nada.

Tiburones que se desplazan en huracanes. El tema parte del absurdo, la cuestión es el fondo: conceptual y espacial. No hay rigurosidad geográfico-espacial, la ciudad puede estar mojada, inundada o perfectamente seca de un plano a otro. Igual con los personajes, aparecen y desaparecen sin solución de continuidad. No se respetan reacciones de la física elemental (un tiburón cayendo al agua sin generar el más mínimo chapoteo de la misma) y tampoco se percibe una unidad argumental sostenible: los tiburones simplemente no paran de caer. Es tal el caos que uno no puede menos que confirmar lo obvio: esta todo calculado para que la peli salga de todo cálculo.

Luego viene el reto: hacer que al caer esos tiburones generen algo inusual y atractivo a la vista. La cantidad de situaciones diversas cumple ese objetivo. Sin embargo, como detalle final, algo se mantiene inmutable. Algo se resiste a salirse del molde: los personajes pueden dar más de sí, no conformarse con ese equilibrio familiar tan tradicional. No me refiero a sus acciones, sino a la búsqueda constante de un orden milenario que la peli se encarga de destruir. Sino, sería perfecta. El camp en estado puro.
Juan Rúas
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