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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Juan Rúas:
7
Drama Drama alrededor del mundo del rap. DJay (Howard) es un rapero que se busca la vida para conseguir grabar su primer álbum, ayudado por un variado grupo de gente de su barrio de Memphis. Cuando oye que la superestrella del rap Skinny Black (Ludacris) está por los alrededores, intentará llamar su atención... (FILMAFFINITY)
20 de enero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si vives en los suburbios de algún sitio ubicado en "la vieja calaña norteamericana", pues la cantidad de sueños posibles que construyas no será directamente proporcional a los recursos que cuentes para concretarlos. Y si eres negro, peor. No por nada ese tipo abocado al comercio rapero/hip-hopero de los barrios bajos, un tal Eminem, dio en la diana con dos frases inspiradas: "triunfé como rapero porque soy blanco".

Se habla, se dilapida, se sentencia, al machismo, a la misoginia que despide esta peli por los cuatro poros. También es cierto que hay una tendencia cada vez más común por parte de los críticos de buscar el trasfondo ético detrás de cada película/objeto de estudio que les encargan, o bien que ellos mismos deciden ver porque tienen su piso asegurado. Para hablar de machismo o misoginia uno debería, sugiero, aconsejo, ver esta peli y luego repasar algún video-clip que provenga del mundillo rapero o hip-hopero. Son muy frecuentes las negras culonas meneando su sexo detrás el macho men de turno, o frente a descapotables cero kilómetro para hacer cada vez más difícil la distinción entre "una cosa y la otra". Ésto tan solo para señalar una de las tantas formas de la cosificación a la que está sometida la mujer. Meterse con algo tan delicado como la prostitución o la misoginia es meterse con una cultura determinada; meterse con los vaivenes históricos/sociales de un determinado ámbito es algo que supera por lejos los reflejos, fieles o no, de una producción cinematográfica.

Yendo a la peli: está narrada con una naturalidad chocante, por ende incómoda. Es una obra del tipo coral en donde todo gira en torno a un solo eje (el prota), y ese eje encarna los sueños frustrados de todo el entorno. Lo que él haga o decida, ya sea por tener el control o por estar a cargo, repercute en el resto; como cuando en un contexto cerrado las diferentes piezas se mueven e interactúan formando necesarias simbiosis. No es cien por ciento realista: existe un aporte estético que se manifiesta mediante diálogos de una profundidad inusual, diríase poesía barrial. Este aporte rompe con las leyes mundanas de sujetos sometidos a un entorno precario, pero facilita una lectura tridimensional/existencial de la situación extrema en la que se hallan.

Hay un amor manifiesto por la forma artística, lo elaborado de la construcción musical, y determinadas "pulidas" que iluminan la oscuridad reinante. Tal vez no sea un reflejo del todo fiel. Pero lo que le falta de naturalismo le sobra en pasión, en intensidad descargada.
Juan Rúas
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