Antes de ver la cinta, me fijé que más de un 80% de las críticas eran favorables, además de la consecución del consabido Oscar. A pesar de esta presentación - o, mejor dicho, precisamente por ello- mis peores presagios finalmente se cumplieron.

Pienso que los que votaron positivamente la película temen que les tachen de insensibles con las víctimas del holocausto. Sin embargo, es compatible ser sensible con el genocidio de los campos de concentración y darse cuenta de que Laszlo Nemes creó una gran "M".

El director intenta crear una atmósfera opresiva, tensa y asfixiante de cómo era el día a día de ese infierno que no desearías ni a tu peor enemigo.. pero no lo consigue. Aburre y cansa. Se supone que tienes que vivir en primera persona esa horrible sensación gracias a la novedosa técnica de "cámara apuntando a la nuca" y gracias, también, al Control + C - Control + V de "schneller" que va dejando repetidamente por ahí. Sin embargo, acabas mareado de lo mismo.

El holocausto nazi es la peor de las miserias que nos ha dejado la especie humana, así que esta película es el peor homenaje que se merece.