Siempre es bueno saber que un director no necesita poner el acento en una fábula de falsa tonalidad sentimental como un intento de conmover al espectador. Es quizá unos de los mejores atributos que tiene Frank Darabont a la hora de contar una historia.
Quizá su intención fuera en este film igualar el tono de las clásicas obras de Frank Capra, para lo cual se requiere que el espectador esté dispuesto a adoptar un cierto nivel inusitado de ingenuidad a la hora de captar la historia. Tal vez este sea el único defecto que le encuentro a este film, pero cabe destacar que Darabont ha sido (y es) desvergonzadamente abierto por su amor al cine a la hora de contar una historia, y en este caso, es el aspecto que salva a “The Majestic” de no caer en la mediocridad general.
Tal vez este pecar de buenas intenciones fue lo que provocó que este film no tuviera el despegue esperado, o quizá el público no estaba dispuesto a ver este tipo de historias.
Pero es destacable que la dirección de Darbont es la ideal para captar las emociones del relato y transmitirlo al público con total honestidad y gran atención al detalle.