Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Fernando Puertas:
7
Drama París, 1968. Isabelle (Eva Green) y su hermano Theo (Louis Garrel), solos en la ciudad mientras sus padres están de viaje, invitan a su apartamento a Matthew (Michael Pitt), un joven estudiante americano, al que han conocido en un cine. Una vez en casa, establecen unas reglas para conocerse mutuamente, explorando emociones y erotismo a través de una serie de juegos extremadamente arriesgados. (FILMAFFINITY)
19 de noviembre de 2010
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película del director italiano Bernardo Bertolucci es Soñadores, ambientada en el mayo del 68’ francés. Matthew (Michael Pitt) es un universitario estadounidense que ha ido a estudiar a París, cuya filmoteca es la que le prepara mejor para conocer la lengua del país galo, de ahí que se pase allí tardes enteras viendo películas de todos los géneros y de todas las épocas. Es en la filmoteca donde conoce a Theo (Louis Garrel) e Isabelle (Eva Green), dos hermanos que mantienen una peculiar relación entre sí. Estos nuevos amigos le descubrirán un mundo nuevo a Matthew, tanto a nivel cinematográfico como a nivel sexual.
Soñadores es una película que, si bien no pretende recoger científicamente los hechos que acontecieron durante el mayo francés y mucho menos leerlos en clave política, sí busca traer a nuestros días el espíritu que invadía los corazones de todos aquellos jóvenes: cómo sentían, qué aire respiraban, hasta qué punto ellos se creían su revolución. Es el particular retrato que Bertolucci hace de esos años en los que se buscaba la playa bajo los adoquines de las plazas, se llevaban pósters de Mao y del tío Ho y se amaba la revolución.

El conflicto entre generaciones se hace patente cuando se deja claro que siempre serán mejor los padres de otros, pero nuestros abuelos siempre son los mejores. Adultos desencantados contra jóvenes soñadores y utopistas.
La película posee una cantidad de referencias que hace esbozar a todos los cinéfilos una sonrisa al verlas: ese querer batir el récord en recorrer el Louvre, esa música de Los cuatrocientos golpes, Isabelle creyéndose Jean Seberg vendiendo el New York Herald Tribune por los Campos Elíseos, discusiones acerca de quién es mejor: Búster Keaton o Charlie Chaplin, etc. Y todo ello envuelto en la música de Janis Joplin y discusiones sobre Eric Clapton y Jimi Hendrix.
Película genialmente contada que únicamente se viene abajo por la escasez de verosimilitud en la relación entre los hermanos. No estaría de más que se diese una mínima explicación acerca de su comportamiento, pero suponemos que entra dentro de las reglas del “todo vale” sexual por una mayor libertad del individuo.
Soñadores es cine, sexo y revolución, comunistas de salón amantes de la revuelta que únicamente contemplaban la revolución como fin en sí mismo, y no como medio para cambiar las cosas. Una hermosa obra de uno de los más importantes cineastas italianos.
Fernando Puertas
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow