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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
6
Comedia. Drama. Romance El juez William "Billy" Priest vive en una patriótica y muy confederada región sureña. Allí, viudo y muy dedicado a su trabajo, Priest se enfrentará al caso más difícil de su carrera. Mientras, también tendrá que ejercer de casamentero con su tímido sobrino. (FILMAFFINITY)
20 de febrero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece ser que la película estuvo condicionada por el estilo de uno de los jerifaltes de la Fox de los años 30, Darryl Zanuck, con posibles imposiciones en el montaje y otras interferencias.
Es quizá por ello, que parezca una película un tanto desestructurada, y personalmente no me entusiasme. Es la segunda de las 3 películas que John Ford rodó con la estrella Will Rogers, el juez . Las otras son “Doctor Bull” (1933) y “Barco a la deriva” (1935).

Se desarrolla en el Kentucky de 1890. Es una película de 1934, aún deudora del cine mudo, con actores muy gesticulantes y estereotipados, como el actor de raza negra, Stepin Fetchit, que por cierto en la versión española está muy mal doblado. Aparece también Hattie McDaniel brevemente, la primera mujer afroamericana que ganó el Oscar por “Lo que el viento se llevó” (1939).

Retrata a un juez viudo, veterano de la Guerra Civil Confederada, lleno de humanidad, que vive con cierta tranquilidad en su casita del sur, después de llevar casi 20 años impartiendo justicia. El comienzo es bastante lento, hasta los primeros 18 minutos es bastante estática. No faltan pequeños toques de humor, como al principio, el juez leyendo una tira cómica. La trama paralela de los dos jóvenes enamorados entronca con el principal, sobre la importancia del linaje, el apellido y el estatus social.

La guerra de Secesión está muy presente en toda la película, el verdadero leiv motiv del film. Un tema que le gustaba particularmente a John Ford y del que debía estar muy documentado, pues es una época que realmente no vivió.

Es una película sobre la nostalgia de una época y sobre la admiración que siente por los perdedores. De hecho, para mí lo mejor es el flashback en el que el reverendo Brand narra el pasado de Bob Gillis (David Landau). Y también cuando el juez acude al cementerio para visitar la tumba de su esposa.

El mayor acierto es cómo está recreada la pequeña comunidad, y el cariño que desprende Ford por esos personajes.
Gabriel Ufa
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