“Cabaret” es magia. Incluso para los no amantes del musical, entre los cuales me incluyo, es una gozada. El argumento, que en este género a menudo suele ser una mera excusa para hilvanar los números musicales, integra a la perfección las geniales piezas musicales, articulándose como un fenomenal elemento introductor y continuísta de la historia.
A Bob Fosse se le califica de genio del musical, un sustantivo merecido, no sólo por su talento, que también, sino por saber rodearse de colaboradores que sepan plasmar en la pantalla sus coreografías y canciones, en definitiva, su arte.

Qué decir del mítico Kit Kat Club con el genuino Joel Grey.
Y luego está la maravillosa Liza Minelli, prodigiosa, alcanza prácticamente la perfección, en su mayor éxito. Los números musicales son sencillamente, extraordinarios.
Para muchos es la mejor película musical de la historia del cine.
Tanto si te gusta el musical como si no, te recomiendo “Cabaret”.