Un film con 2 partes bien diferenciadas: una inicial, excelente y con buen ritmo y otra final, más pausada que no sabe mantener el gran nivel de la primera.

A destacar sobretodo los números musicales de la primera parte donde la música y el lado cómico de Salman Khan animan la función (memorable el baile del 'pollo').

La niña protagonista llena la pantalla con su encanto y ternura y tiene química con el protagonista.

Todos ellos están acompañados por una fotografía preciosa en la que brillan los colores y texturas de la India en todo su esplendor (espectacular la entrada colorida de Khan). Dan ganas de estar ahí...

Mágica y muy entretenida pero también poco equilbrada.