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Voto de Bromhead:
10
8.2
26,863
Western
Brett McBain, un granjero viudo de origen irlandés, vive con sus hijos en una zona pobre y desértica del Oeste americano. Ha preparado una fiesta de bienvenida para Jill, su futura esposa, que viene desde Nueva Orleáns. Pero cuando Jill llega se encuentra con que una banda de pistoleros los ha asesinado a todos. (FILMAFFINITY)
13 de noviembre de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay duda, el comienzo de la trilogía americana de Leone no podía empezar mejor. Gran western que merece que entre en mi mesa de desmontaje. Después de verla un par de veces veo con claridad desde qué punto de vista quiero analizarla: desde la sinceridad de los sentimientos y como los expresamos. Encontramos a cuatro protagonistas: Frank (Henry Fonda), Armónica (Charles Bronson), Jill (Claudia Cardinale) y Cheyenne (Jason Robards). Este es el cuarteto sobre el que gira el drama. Frank representa la ambición, Armónica la venganza, Jill la supervivencia y Cheyenne el amor. Los cuatro actúan siempre, y digo siempre, por su sentimiento predominante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Así, por ejemplo, Cheyenne le dice a Jill, al final de la película, que se va porque él no es persona para ella; mentira. Se va porque está herido y, como la ama, no quiere que ella cargue con un moribundo ni que le vea morir. Cheyenne le dice a Armónica que ha matado a Morton (el dueño de la línea férrea) porque se lo encontró por el camino; mentira. Lo mata porque desde el principio es el principal enemigo de Jill, el que ordena matarla. Jill le dice a Cheyenne que se quede con ella, que es un “hombre apuesto”; mentira. Quiere que se quede para convivir con un hombre duro que la proteja en una tierra tan hostil. Parece que Frank mata y mata porque es malo, o al menos da esa imagen; mentira. Mata por ambición, de hecho no mata cuando cree que esa muerte impide su ascenso (no mata a Jill, ni a Armónica). Armónica parece no obstante el héroe, tiene pose de héroe, mata a los malos; mentira. Armónica no es malo, pero tampoco es bueno, se deja llevar por la venganza, sentimiento bastante negativo para uno mismo y muy inútil en la vida, no sirve para nada y te llena de odio, y el odio te hace infeliz, te tortura y te impide desarrollar otros sentimientos. Por ello también miente. El odio le consume y por eso no se queda con Jill, no es capaz ni de amar. Seguimos. Armónica no le rompe el vestido a Jill porque la desee (sentimiento imposible cuando te embarga el odio), lo hace para protegerla de los pistoleros que la acechan, para no ser un objetivo fácil (le rasga el cuello blanco) y para que saque el agua del pozo (le rompe las mangas). Tampoco la ama. La protege únicamente porque al ser propietaria de los terrenos es la clave para culminar su venganza. Pero aún tenemos más. Jill parece que disfruta con Frank en la cama, hasta parece que le da cariño: instinto de superviviente; el mismo que le llevó a casarse, rápidamente, con Brett McBain para salir del burdel de Nueva Orleans; el mismo que le lleva a ofrecer agua a los trabajadores en la última escena, Jill pasa en un santiamén de ofrecerle comida a Cheyenne y Armónica a ofrecer agua a los trabajadores, ¡cuando ve que se queda sola! No sabemos los sentimientos de Jill. De los demás sí, bien a modo de flashback (Armónica y Frank) o porque lo dicen expresamente (Cheyenne y Morton). La supervivencia es un no valor. La nada. El nihilismo. Eso representa Jill. Y me deja sin palabras. Curiosidad: Cuando Morton muere se escuchan las olas del Océano al que tanto anhelaba llegar con su línea férrea.