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Voto de Cavafis1979:
8
Drama En una ciudad marroquí donde está la Legión extranjera, Amy Jolly (Dietrich), una cantante de cabaret que por problemas económicos se ve obligada a cantar en un café de segunda fila, tiene como novio a un rico pintor (Menjou), pero se enamora del apuesto legionario Tom Brown (Cooper). (FILMAFFINITY)
22 de septiembre de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marruecos cuenta la historia de una mujer (Marlene Dietrich) que tiene que decidir entre elegir el camino del lujo, casándose con un millonario (Adolphe Menjou) al que no ama, pero que la adora; o seguir el camino difícil de la mujer de a pie, siguiendo su corazón y amando a un hombre que no podrá darle lujos ni comodidades (Gary Cooper). Con esta trama sencilla, Sternberg compone un relato en el que priman los gestos y las acciones sobre el diálogo como motor de la trama, y en el que lo dicho, muchas veces, está en contradicción con las acciones de los personajes protagonistas, cínicos y desencantados de la vida. Los personajes marcados por un pasado del que huyen, tienen el corazón endurecido por las malas experiencias pasadas, y no quieren volver a pasar por lo mismo. Es por eso, que no se deciden a dar el paso decisivo. Tom (Gary Cooper) cree que la cosa no funcionará, porque él no podrá satisfacer los deseos y las necesidades (de lujos) de Amy. Ésta, en cambio, ve a Tom como un mujeriego que no quiere comprometerse, porque es un golfo que frecuenta prostitutas.

El lastre de Marruecos, sin embargo, es precisamente su vertiente orientalista en el sentido negativo del término. Los maravillosos escenarios fueron construidos en los estudios Paramount de California, y el rodaje de la película nunca salió allí. Así, del país que da nombre a la película sólo vemos realmente su forma en el mapa del plano inicial de la película. La película contribuye a continuar con la tradición del siglo XIX que veía a oriente como lo opuesto a occidente en términos de moral y decencia, como universo decadente y peligroso: por Marruecos desfilan mujeres de vida licenciosa, prostitutas, oficiales cornudos, esposas infieles, millonarios decadentes, asesinos y legionarios libertinos. Es el mundo que se trata de colonizar, de civilizar y occidentalizar; un lugar que sirve de refugio a todos los desechos humanos de occidente que tienen un pasado que ocultar; y como tal sirve de marco perfecto para la historia que Sternberg desarrolla: La redención de una mujer de dudosa moral por el amor hacia un legionario. Vergonzosa es la caracterización que se hace en la película de las prostitutas marroquíes que hablan, inexplicablemente, un español extraño con un marcado acento yanqui que da risa. Sorprende que se cuiden tantos detalles de un modo tan meticuloso y que se escapen estas absurdeces al control del director.

Para la memoria queda la última escena de la película, de una belleza visual sobresaliente, y de lejos, la mejor secuencia de todo el film; también nos quedará el recuerdo de Marlene Dietrich besando a una mujer en el cabaret, en una escena insólita para los años que corrían.

Todo esto convierte a Marruecos en una buena película recomendable, aunque imperfecta y marcada por el paso del tiempo y el contexto cultural e histórico en el que se rodó.
Cavafis1979
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