Para todos los amantes del cine de acción. Con una coreografía de las acciones violentas francamente perfecta, diálogos acidos y una estética casi de videoclip. Naturalmente, esta película no pasará a la historia del séptimo arte pero... para los amantes de este tipo de cine, el entretenimiento está garantizado.

Podráis ver a un Willis en su estado más puro: histriónico en ocasiones, mal hablado, visceral, cínico y bordando esos papeles que quizá lo hayan encasillado un tanto. El de poli perdedor en la vida.