Vaya por delante que siempre he pensado que Sam Mendes era un director al que le faltaba un "punto más" para entrar dentro del club de totems de esta maravilla que llamamos cine. Si bien creo que sus mejores obras se centran en dos casos concretos, Camino A La Perdición y Revolutionary Road, nunca había sido fan de obras como American Beauty o Skyfall, que aunque me parecen interesantes creo que estaban sobrevaloradas en exceso y no me aportaban nada más que un mero entretenimiento, muy bien hecho, pero entretenimiento pasajero al fin y al cabo.

Y entonces nos encontramos con una película que sin prácticamente hacer ruido le aupa a la colección de grandes directores de la historia del cine. Y es que 1917 no es cine común, es arte, es CINE, con letras mayúsculas. En primer lugar por el tratamiento a la hora de dirigir la película. Si bien es cierto que Birdman de Iñárritu se nos presentaba como una tragicomedia con una técnica impecable a nivel de plano-secuencia no es hasta la película de Mendes cuando realmente ese formato alcanza un espíritu propio, único, prácticamente innovador dentro del celuloide, dos horas de portento técnico, un portento técnico sólo al alcance de los maestros.

En segundo lugar por el terror y humanidad que destila. Puedes sentir la guerra en la carne, sentir los sentimientos de los protagonistas, la agonía que supone la misión encomendada. En definitiva, tocar el barro y la mugre que palparon los soldados que sufrieron la calamidad de tener que acudir a la guerra por el mero hecho de defender la libertad como principio básico de la existencia humana.

No me voy a extender más de la cuenta, ya que no he encontrado ninguna fisura a lo largo de todo el metraje de 1917, la técnica para la filmación de la película será objeto de estudio de ahora en adelante, la banda sonora es impresionante, las actuaciones destilan sensibilidad hasta la extenuación (terminas sudando viendo la situación agónica y terrorífica que se plantea), la fotografía es digna de elogio y el guión es un patrón muy bien calculado para no caer en la reiteración ni extenderse más de la cuenta.

Por todo ello, puedo decir abiertamente que hacía años que no me encontraba con una película de semejante calado, de tal magnitud, donde el cine clásico y el moderno se conjugan para crear una obra atemporal, que perdura en la retina y produce sensaciones angustiosas y esperanzadoras a la vez, estamos hablando, simple y llanamente, de una obra maestra.

En un año en el que hemos tenido obras tan deslumbrantes como The Irishman, Joker o Historia de un Matrimonio ha llegado Sam Mendes y nos ha metido un bofetón de estilo, clase y cine para el recuerdo, una pieza de arte que no tiene rival en la década anterior. A mi entender, creo que es la mejor demostración de lo que es la guerra desde Apocalypse Now, estoy más que convencido de que marcará un antes y un después dentro de su género, 1917 es, en términos generales, apasionante y desgarradora, es ÚNICA.