Casi lo menos que me ha entusiasmado. Lo primero y más relevante, la cinta es todo un espectáculo visual... bueno, es que es un espectáculo audiovisual, nada más, pero eso sí de los mayúsculos. Como se ha dicho su argumento es lo menos ya que, aunque buen conductor para dar paso de una escena a otra, acaba resultando carente de sentido, lógica e interés; sus personajes no están definidos más allá de ser unos "números"; y por descontado desaprovecha las posibilidades de su historia en pos de la acción sin tregua. Pero quizá sea esa precisamente la mejor cualidad de la cinta, ya que condensa en 80 minutos un recital y una técnica impecable difícil de igualar, una atracción de feria directa a la yugular y que no permite ni un momento de respiro, que no pierde el tiempo en tonterías más de la cuenta, con una de las bandas sonoras que más gusto me ha dado de escuchar en los últimos meses, y que finaliza justo a tiempo para no resultar cansina.