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Voto de Piano y yo:
10
Terror Melanie, una joven rica y snob de la alta sociedad de San Francisco, conoce casualmente en una pajarería al abogado Mitch Brenner. Él, que conoce por la prensa la alocada vida de Melanie, la trata con indiferencia y se va de la tienda dejándola bastante irritada. Ella, que no está acostumbrada a que la traten así, encarga unos periquitos y se presenta en la casa de la madre de Mitch, en Bodega Bay. En cuanto llega, los pájaros, ... [+]
4 de julio de 2010
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
De las mejores de Hitch -junto a Encadenados, Vértigo, Crimen perfecto, Ventana Indiscreta y Con la muerte en los talones-.
Todos sabemos que forma ya parte de la historia del cine y que el final, -que para algunos no existe, del que ya diré mi opinión-, ha creado muchísima polémica.
El principio es prodigioso. Una mujer, Melanie (Tippi Hedren) con dos incidentes oscuros, -en uno provocó una riña que acabó en un juicio por una rotura de un cristal y en otro se bañó desnuda en una fuente pública en Roma-, entra en una pajarería, tras haber sido piropeada por un chiquillo de unos 10 años, lo que provoca que ella se sienta realmente alagada y que Hitchcock salga despavorido de la pajarería, como no queriendo saber lo que allí va a ocurrir-, es reconocida por un fiscal criminalista -Mich (Rod Taylor)- que sabe de ella por el primero de los incidentes; y él la intenta tomar el pelo, ocultando que la conoce, y pidiéndola que le atienda para comprar unos lovebirds, -pájaros amorosos-, para su hermanita de 11 años, para acabar recriminándola dichos incidentes a la vista de la verdadera dependienta. Ella, que se siente ofendida, aprovecha la ocasión para vengarse comprando ella los pajarillos, -él se ha ido de la tienda tras el suceso sin comprarlos-, y tras averiguar donde vive él, ya que el padre de ella es un periodista rico e influyente que le proporciona la dirección, va a casa de él en San Francisco a entregar los pajarillos con una nota recriminándole los malos modales. Pero un vecino le dice que se ha ido a pasar el fin de semana a la casa de campo en Bahía Bodega, por lo que ella recorre 100 kilómetros para entregar el regalito. Al llegar allí se entera de que su contrincante tiene su encanto, -conoce a su antigua novia, que sigue en el pueblo sólo por verle, se entera de que tiene una madre posesiva, Lydia (Jessica Tandy) y viuda-, con lo que se va enamorando y decide quedarse allí todo el finde. En la escena inicial de unos 6 minutos ya nos ha contado toda la película y toda la polémica es si los ataques posteriores de los pájaros son culpa de la frivolidad sexual que ella desprende y que por lo menos, hasta entonces, la ha hecho sentirse orgullosa, o por el contrario son culpa de él que se ha lanzado a valorarla a ella guiado simplemente por las habladurías de la gente.
Y luego ya empiezan los ordenadísimos ataques de los pájaros.
El motivo por el que adoro esta peli es porque de este incidente inicial, Hitchcock saca oro. Obviamente para mi el final es realmente magistral. -Ver spoiler-.
Nota 10 de 10.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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