Comencé a ver esta película con la esperanza de ver algo estupendo y fuera de lo común, dadas las excelentes críticas que había leído sobre la misma. Me equivoqué, puede ser que la viera en un mal día.
La cinta me pareció insulsa, larga, aburrida y terriblemente lenta. El protagonista no es un ser atractivo en ningún aspecto y la voz que suena por el ordenador es, en ocasiones, bastante irritable.
El resumen es: hombre solo, aburrido y depresivo se compra un sistema operativo que tiene voz de mujer. Hablan tanto que terminan enamorándose el uno del otro (sí, como lo lees). El hombre se enamora del sistema operativo y el sistema operativo (con voz de mujer) se enamora del hombre.
No, no es una comedia, más bien es un drama en el que se habla mucho, muchísimo, y la acción es inexistente. Al estilo de aquellas soporíferas películas europeas de décadas pasadas.
No voy a meter ningún spoiler porque no pude terminar de verla. Tal fue el aburrimiento y desinterés que sentí que opté por perderme el final y es que ese final, en cualquiera de sus previsibles variantes, me importaba un pimiento.
A destacar el momento de sexo virtual entre el protagonista y el sistema operativo. Hacía tiempo que no sentía tanta vergüenza ajena, el diálogo es para enmarcarlo y después arrojarlo al fuego.