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Voto de John Giraldo:
9
8.6
63,930
Comedia
Extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje, un obrero metalúrgico acaba perdiendo la razón. Después de recuperarse en un hospital, sale y es encarcelado por participar en una manifestación en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín, gracias a lo cual queda en libertad. Una vez fuera, reemprende la lucha por la supervivencia en compañía de una joven huérfana a ... [+]
16 de febrero de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por: John Harold Giraldo Herrera
[email protected]
"La vida es una tragedia si la ves de cerca, pero una comedia si la miras con distancia".
Charles Chaplin
Charles Chaplin, ese genio del cine, del género cómico, no pudo ser encasillado más que en un tipo que hizo cine mudo. Sus obras como las de cualquier artista cobraron varios caminos y hoy siguen siendo interpretadas de múltiples maneras. Como muchos artistas tuvo que exiliarse por las críticas feroces de haber sido comunista, antiestadounidense, entre otras. Todo ello lo negó, pero independientemente de eso, dejó para la posteridad una serie de imágenes en movimiento, son más de 90 obras fílmicas en las que inmortalizó personajes como Charlot y por febrero de 1936 inauguró uno de sus máximos clásicos: Tiempos modernos.
Tiempos modernos una obra clásica del cine, es más que el testimonio de un director de cine empeñado en hacer una película. Es luego de 75 años, una forma de vernos grabados, y cuando digo vernos, quiero decir que allí podemos ver las premuras del tiempo, aquellas que dicen que es oro, y no vivencias o experiencias gratas o ingratas; también ver ese mundo turbado, conflictivo y pesado de las máquinas, la desolación de un individuo fracturado, incómodo pero sobre todo un ser capaz de enaltecerse así mismo, además bajo el elemento de mayor elocuencia: lo cómico.
La obra inicia dando un contexto de la trama. Un cuadro de texto diciendo: “Tiempos modernos. Una obra sobre la industria, la iniciativa individual y la cruzada humana en busca de la felicidad.” Luego la imagen de una serie de ovejas, semejando el hecho de la multitud, después un tumulto de gente precipitada buscando el lugar de trabajo en las industrias, mientras que un solo sujeto, quien hace las veces de gerente, arma un rompecabezas, lee la prensa y ordena subir la velocidad de las máquinas de la fábrica, valga decir de los obreros. Aparece Charlot, quien intenta ajustarse a la velocidad, a ese apremio de no descuidarse, y la mecanización es tan despiadada que queda con un tic. Como si previera el mundo futuro, nos muestra escenas del gerente en pantallas husmeando hasta en el baño, máquinas para dar de comer al obrero mientras siguen los obreros trabajando. Lo que sigue en el transcurso de la película no deja de ser una gama diversa de situaciones entre la tragedia, el mundo voraz del capitalismo, la angustia de la existencia, pero su lado amable: la búsqueda de sí en medio de la simpleza de hacer actos por el prójimo.
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"La vida es una tragedia si la ves de cerca, pero una comedia si la miras con distancia".
Charles Chaplin
Charles Chaplin, ese genio del cine, del género cómico, no pudo ser encasillado más que en un tipo que hizo cine mudo. Sus obras como las de cualquier artista cobraron varios caminos y hoy siguen siendo interpretadas de múltiples maneras. Como muchos artistas tuvo que exiliarse por las críticas feroces de haber sido comunista, antiestadounidense, entre otras. Todo ello lo negó, pero independientemente de eso, dejó para la posteridad una serie de imágenes en movimiento, son más de 90 obras fílmicas en las que inmortalizó personajes como Charlot y por febrero de 1936 inauguró uno de sus máximos clásicos: Tiempos modernos.
Tiempos modernos una obra clásica del cine, es más que el testimonio de un director de cine empeñado en hacer una película. Es luego de 75 años, una forma de vernos grabados, y cuando digo vernos, quiero decir que allí podemos ver las premuras del tiempo, aquellas que dicen que es oro, y no vivencias o experiencias gratas o ingratas; también ver ese mundo turbado, conflictivo y pesado de las máquinas, la desolación de un individuo fracturado, incómodo pero sobre todo un ser capaz de enaltecerse así mismo, además bajo el elemento de mayor elocuencia: lo cómico.
La obra inicia dando un contexto de la trama. Un cuadro de texto diciendo: “Tiempos modernos. Una obra sobre la industria, la iniciativa individual y la cruzada humana en busca de la felicidad.” Luego la imagen de una serie de ovejas, semejando el hecho de la multitud, después un tumulto de gente precipitada buscando el lugar de trabajo en las industrias, mientras que un solo sujeto, quien hace las veces de gerente, arma un rompecabezas, lee la prensa y ordena subir la velocidad de las máquinas de la fábrica, valga decir de los obreros. Aparece Charlot, quien intenta ajustarse a la velocidad, a ese apremio de no descuidarse, y la mecanización es tan despiadada que queda con un tic. Como si previera el mundo futuro, nos muestra escenas del gerente en pantallas husmeando hasta en el baño, máquinas para dar de comer al obrero mientras siguen los obreros trabajando. Lo que sigue en el transcurso de la película no deja de ser una gama diversa de situaciones entre la tragedia, el mundo voraz del capitalismo, la angustia de la existencia, pero su lado amable: la búsqueda de sí en medio de la simpleza de hacer actos por el prójimo.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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La máquina devora al hombre. Lo vuelve loco y lo adapta a las circunstancias de la rutina. Es cierto que cuando se inaugura la película, se hace un salto de las películas mudas a las sonoras, y en Tiempos modernos se habla y se escuchan los ruidos de las máquinas. El hablar en el cine, para unos fue, el acabar con el hecho sustancial: la imagen, para otros fue un complemento. Lo claro es que Chaplin habló de su mundo, no puede verse sino como una forma de expresar la crisis de la llamada Gran Depresión. La mímica siguió siendo esencial en Tiempos Modernos, y cuando se utilizó el lenguaje, fue para que el patrón de la fábrica lo hiciera como un perro rabioso, o cuando Charlot canta es con una mezcla de idiomas, es decir, en una especie de sin sentido.
La película es una respuesta a la miseria como explicó Chaplin en una rueda de prensa en esa época. Pero es una burla, uno cuando la ve, siente repudio, pero se ríe, adopta una sensibilidad con aquello que nos ha aprisionado. 75 años luego de su primera proyección causa el impacto de saber que el mundo sigue mecanizado, un sistema que para nada tiene en cuenta al ser humano, el tiempo nos atrapó, pero más que ello las tecnologías y, en las que si bien son un alivio para las sociedades, en cierta medida también son su cárcel.
La película termina con cierta benevolencia. Por un lado Charlot encuentra un trabajo como artista, cómico claro está, canta pero no se sabe qué, y luego sobresale el hecho de toda historia: el amor o tal vez la compañía hacen de las suyas, Charlot antes halló a una chica desahuciada y en medio de sus precariedades se juntan para seguir un camino, ¿cuál? no se sabe. El hecho es que luego de sus 75 años, es una película tan vigente que hay que seguirla viendo.
La película es una respuesta a la miseria como explicó Chaplin en una rueda de prensa en esa época. Pero es una burla, uno cuando la ve, siente repudio, pero se ríe, adopta una sensibilidad con aquello que nos ha aprisionado. 75 años luego de su primera proyección causa el impacto de saber que el mundo sigue mecanizado, un sistema que para nada tiene en cuenta al ser humano, el tiempo nos atrapó, pero más que ello las tecnologías y, en las que si bien son un alivio para las sociedades, en cierta medida también son su cárcel.
La película termina con cierta benevolencia. Por un lado Charlot encuentra un trabajo como artista, cómico claro está, canta pero no se sabe qué, y luego sobresale el hecho de toda historia: el amor o tal vez la compañía hacen de las suyas, Charlot antes halló a una chica desahuciada y en medio de sus precariedades se juntan para seguir un camino, ¿cuál? no se sabe. El hecho es que luego de sus 75 años, es una película tan vigente que hay que seguirla viendo.