"El jugador" escoge la complejidad lingüística por encima de lo estrictamente cinematográfico y eso es un inconveniente porque aunque el guión es bueno y esta bien interpretado opta siempre por la profunda reflexión en vez de simplemente contar una historia sin darse cuenta que ha de dejar al espectador que saque sus propias conclusiones (y no lo hace). "El jugador" da todo mascado y explicado con mas palabras de las necesarias. Es una versión siglo XXI de "El jugador" de Dostoievski con todas sus ventajas pero también con todos sus caducos inconvenientes. Hay que reconocerle un mérito y ese es la magnífica composición del protagonista que hace Mark Wahlberg pero no hay mas, el resto bascula entre interminables diálogos de una profundidad impropia, una historia romántica también innecesaria (por inconclusa) y algunas partidas de black jack, ruleta o póker. El resto es humo que, a veces, incluso resulta aburrido.