Como toda película de historias diferentes, la irregularidad es la tónica de la propuesta. Lo diferente en “Cruce de caminos” no es que unas historias sean buenas sino que unas son excelentes y las otras buenas. Una verdadera pena que a medida que avanza el metraje, las historias pierden interés. Las tres historias contadas aquí (con tramas paralelas) tienen de hecho un eje común aunque pueden verse como tres películas independientes. La primera protagonizada por Ryan Gosling es simplemente excelente, la siguiente protagonizada por Bradley Cooper es muy buena (aunque cae en tópicos de los que debería haber escapado y Ray Liotta le roba todas las escenas a Cooper) y la tercera historia juvenil es acertada aunque no llega al nivel de la primera porque no sabe resolver de manera satisfactoria ciertos puntos abiertos en las dos historias anteriores. Al final las tres historias conforman una sola, bien entretejida en un drama de alto nivel con soberbias interpretaciones aunque cierta tendencia a contar más de lo que puede que no ayuda precisamente al producto. Un drama totalmente recomendable para quienes odian los tópicos y quieren que les traten como adultos. Una película que roza con la punta de los dedos la genialidad pero se queda en un buen drama coral.