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España España · Barcelona
Voto de El Criticón:
1
Thriller. Intriga Diego (Collado), un científico que investiga los comportamientos genéticos y que mantiene una existencia feliz junto a su hijo y a su mujer (Jiménez), una traductora mitad inglesa mitad española. Aparte de problemas cotidianos como la hipoteca, lo único que perturba la tranquilidad de Diego son unos frecuentes "déjà vues" que sufre desde niño sin ningún motivo aparente. De la forma más casual descubrirá una noticia que le hará dudar de ... [+]
15 de agosto de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Existe una definición de mala película? Quizás eso sea tan difícil como intentar definir también lo que significa una buena película. Las películas, como las opiniones (o los culos), son algo personal e intransferible. No obstante, aquí y ahora, me arriesgo a asegurar con toda la fuerza que la siesta me ha proporcionado, que “Proyecto Dos” es una película realmente mala. Vayamos por partes: el guión es de un previsible y una simpleza que asusta, la resolución argumental es cercana a la de "Teo va al parque” y los personajes aparecen y desaparecen sin una línea clara que ayude al espectador y le rescate del sueño mas profundo. Sigamos: la dirección es nefasta, Guillermo Fernández Groizard debió creerse un Tony Scott patrio y utiliza el montaje de una forma tan abrumadora que acaba por marear y aburrir, se supone que todo ese montaje atropellado es para dejar sin respiración al espectador y que diga "¡Guau, esto parece una película norteamericana" aunque lo pretenda conseguir a costa de crear un ataque epiléptico en sus espectadores. Es uno de los montajes más pretenciosos e innecesarios que he visto en años. Y no: la pobreza de medios no se puede suplir con magia cinematográfica de este tipo. ¿Y los actores? Ninguno parece creerse su papel más allá de un voluntarioso Adrià Collado que parece querer empujar la película a base de poner una cara de sorpresa tras otra. Los actores tampoco funcionan e incluso el director logra lo imposible: que Josep María Pou esté ridiculo fingiendo un delirante acento argentino. El resto es todo igual de mediocre en una película sobre identidades y experimentos donde uno no entiende nada y cuando comienza a entenderlo, ha perdido ya todo el interés. Tony Scott que estás en los cielos, baja y dile a este patán que así no se rueda un thriller de acción, gracias.
El Criticón
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