En un principio “Cabeza de metal” tiene un aire al capítulo “La ciencia de matar“ de la anterior temporada aunque, a diferencia del juego de querra que proponía “La ciencia de matar” aquí pronto se desmarca de lo coral para convertirse en un survival en toda regla donde los animales salvajes son sustituidos por esa especie de robot-perro enfrascado en acabar con la vida de la protagonista. No es el capítulo más reflexivo, tampoco el mejor, apenas es un ligero divertimento rodado en blanco y negro (con una buena fotografía) y buen ritmo. Aunque poco que conta. También es el que más desconectado está de lo que “Black Mirror” significa (donde se apuesta por la distopia, no por la ciencia ficción y aún menos por el género apocalíptico). “Cabeza de metal” es un survival en blanco y negro que dura lo justo para no aburrir (tampoco da para más) y que es un pasable entreacto para el resto de capítulos. Eso sí, esperamos más de “Black Mirror” y de Charlie Brooker.