Sería interesante diseccionar a que avispada (y delirante) mente empresarial se le ocurrió la (de nuevo delirante) idea de que "Jungle Cruise" podría funcionar a niveles "franquicia Disney". Quiero imaginar que debió pensar: cojo cosas de "La Momia", de "La búsqueda", copio escenas enteras de algunas películas de Indiana Jones, le doy la apariencia visual (y argumental) de "Piratas del Caribe" y pongo a The Rock como protagonista... y ya tengo el nuevo blockbuster del año destinado a reventar las taquillas de medio mundo tal que un Rambo de Mercadona. Pero resulta que no, "Jungle Cruise" parece que va a arrancar en cualquier momento, huyendo de la mediocridad del conjunto y nunca acaba de arrancar. Ni una sola de sus escenas tiene la emoción necesaria, además de que suenan a ya vistas. La apariencia formal es vistosa, pero queda empañada por esos efectos digitales de animales tan baratos que podrían hacer que cualquier película de The Asylum ganasen un premio Oscar. ¿En qué estarían pensando cuando vieron que tenían todo y decidieron que dedicarían lo que les quedó del cambio del supermercado al aspecto visual? Porque, por encima de todo, "Jungle Cruise" debería ser visual. Y lo es, pero visualmente torpe. Las escenas de acción no aportan nada nuevo, el personaje de Emily Blunt está estereotipado (y huele a la Heburn de "La reina de Africa" que asusta), incluso hay momentos que ni todo el carisma y la simpatía de Dwayne Johnson puede con un papel ridículo y llevado al extremo de lo imposible. Todo eso debería funcionar aunque solo fuese para entretenerte y la verdad es que si eres un niño o un adulto aburrido, puede que te distraiga. Porque la película, reconozcámoslo, no es aburrida. Es sencillamente mala (que no significa que no pueda disfrutarse). Y lo más extraño de todo es que el director de todo este despropósito sea Jaume Collet-Serra porque, sobre el papel, era el director perfecto para un proyecto así: es especialista en acción, es un excelente narrador y tiene más experiencia que nadie rodando aventuras en una barcaza en la selva (se encargó del magnífico episodio piloto de la serie "The River"). Pero aquí da la impresión que el director poco tiene que hacer más que poner su oficio en función de una "película de productor". Y los productores buscan productos rentables, fórmulas que revienten la taquilla y que, en ocasiones, también son buen cine.

Por desgracia, este no es el caso.

¿Os entretendrá? Posiblemente. Pero también es entretenido Miguel Bosé cuando dice tonterías conspiranoicas y eso no significa que sea un terrible error.

Nota al margen: ¿Cómo es posible que una película tenga actores de la talla de Jesse Plemons, Edgar Ramirez, Paul Giamatti, Dani Rovira o Quim Gutiérrez y absolutamente todos estén desaprovechados o directamente caigan en el esperpento más ridículo (como en el caso de Plemons o Giamiatti)?