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España España · El Puerto de Santa Maria
Voto de Maresssss:
10
Drama Georges y Anne, dos ancianos de ochenta años, son profesores de música clásica jubilados que viven en París. Su hija, que también se dedica a la música, vive en Londres con su marido. Cuando, un día, Anne sufre un infarto que le paraliza un costado, el amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba. (FILMAFFINITY)
27 de noviembre de 2012
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pasada semana pudimos disfrutar de la maravillosa 'Amour' de Michael Haneke, director reconocido por films como 'Funny Games' (tanto la original de 1997, como su posterior remake vs copia a lo Hollywood de 2007), 'Caché' o 'La cinta blanca' (estas dos últimas reconocidas con premios en el festival de Cannes), desde luego conociendo su filmografia y habiendo oído las alabanzas de la critica hacia esta película no perdimos la oportunidad que nos brindo el festival 4mas1 de poder disfrutarla en una sala de cine.

Al apagarse la luz en la sala, el silencio sepulcral nos avisaba de que todos los allí presentes estábamos deseosos de poder verla, y entonces Haneke, nos pone frente al espejo para vernos en las caras de otros para ser publico y vernos de publico, un pequeño guiño, sin duda una escena dedicada para el publico (quizás un pequeño agradecimiento). Pero no solo es el silencio de la sala el que nos hace mantenernos atónitos y expectantes a lo que pueda ocurrir, sino el propio silencio del film, el que avisa de su magnificencia, haciéndonos participes del acto, del suceso y del como.

Haneke piensa en el amor cuando ya no hay pasión cuando solo queda la admiración, el cariño, la necesidad, quizás el pilar del verdadero amor, que ha visto pasar el tiempo y que se mantiene como un faro que no se estremece, pero al que la enfermedad erosiona poco a poco hasta conseguir mellar todo aquello que creemos imposible. La pareja protagonista Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva pesos pesados del cine francés consiguen a su vez expresar ternura, nostalgia, y cierto aire de personas mayores en las que su opinión o su capacidad es inútil pero que no lo son, pues pese a esa imagen de estar consumidos por el tiempo, son inteligentes y resolutivos y ese es una de las mejores características de este largometraje, el orgullo, la consciencia pese a la enfermedad, la impotencia pese al propio ser.
Quien quizás nos muestre otra forma de entender el amor lo aporta Isabelle Huppert, la hija de ambos, que no ha encontrado en su vida la misma forma de amor o el amor en si, atada a un hombre que viene y va, y que anhela aquel amor que vio de la mano de sus padres.


Al salir de la sala, de la misma forma en la que entre, no encuentro palabras para describir el film, mejor que el propio nombre que le ha dado Haneke Amour, amor, una historia de amor, un amor que no tiene forma, y que reside en la cotidianidad, un amor, a él a ella, a su vida, a la música, a si mismos, y un amor de un director por el cine, de unos interpretes por el cine, de un espectador como yo por el cine. No hay forma de ver esta película que no sea en una sala pequeña de cine, una sala que te recuerde aquellos días en los que al acabar el film aplaudías a los actores allí no presentes, una sala de cine, sin chicles, ni palomitas, solo el espectador y la pantalla.
Maresssss
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