el hecho de que durante media hora de destrozos y persecuciones a lo largo de toda la ciudad de Los Ángeles, no aparezca la policía ni tan sólo para echar un vistazo (estarían cenando burritos o su tradicional café con donuts), o que, después de liarla parda en Dubai, se vayan caminando por la calle los dos protas, como si no hubiera pasado nada, tan tranquilos. Que los malos se tiren dando vueltas en helicóptero sobrevolando la ciudad de L.A. como Pedro por su casa sin que nadie se entere o haga algo (policía, ejército, CIA...), es un detalle también menor, licencia poética si acaso. Caídas desde más de diez metros donde no muere nadie, choques frontales entre dos coches a toda velocidad con resultado de sólo magulladuras, caídas en coche por acantilados sin que pase nada, saltos de edificio en edificio atravesando el hueco exacto de la ventana... Todos estos momentos de vergüenza ajena son superados por un final apoteósico de ridícula vergüenza ajena, con la chica resucitando al calvo a base de palabrería romanticona, rechazando que su amigo le realice una RCP como debe ser. El epílogo metido con calzador y Paul Walker dibujado por ordenador, dan la tarea por finalizada.

He visto cosas que no creeríais.