El trabajo de Vinterberg como director en esta película es, a mi parecer, irreprochable: Hila perfectamente cómo una infancia de abandono y malos tratos aboca a los personajes a una madurez de vacíos y búsquedas poco fructíferas: Por un lado, el hermano mayo consigue casi reconducir su vida cuando es consciente de que lo que fue, no volverá y el hermano menor opta por el camino del medio cuando se da cuenta de que falla a su entorno más cercano.

Sin embargo, el final de la película da un respiro cuando parece que las cosas se pueden enderezar y, al menos uno de los anhelos del principal protagonista, cumplirse.