Cuando un libro tan maravilloso como este te llega al corazón, al llevarlo al cine es muy dificil que lo que en tu mente viste se asimile en la pantalla del todo a tu visión. Es buena película pero le faltan ciertos puntos de solidez que en la novela quedan bien marcados. La mala de la película, por llamarla de alguna manera, es más que odiosa, en el film sólamente es mala. En fin, podría haber sido peor. El libro triunfó en más de los quince idiomas a los que fue traducido desde el día de su estreno y en continuas ediciones excepto en el propio Japón donde pasó desapercibido. Los derechos de autor de "Memorias de una Geisha" fueron comprados un mes después de la salida de la novela por las esposa de Douglas Wick y el marido de Lucy Fisher, productores de la película. Steven Spielberg llevaba bastante tiempo tras esta novela para su adaptación al cine, incluso había tomado contacto con el propio escritor. Se barajaron también a Brett Ratner, Spike Jonze y Kimberly Peirce como directores. Al final Spielberg decidió sólo producirla.