El cine negro suele ser una radiografía del alma humana. La vida es una partida de poker, y en películas negras, las cartas son las más ruínes, las más rastreras y a la vez las más deslumbrantes. Los elementos del juego obligan a los contendientes a bajar en cada secuencia un nuevo peldaño hacia lo más negro de sí mismos. La historia se limita a apretarles al máximo, para ver hasta donde pueden llegar, para ver qué es capaz de hacer un jugador con sus miserables cartas, entendiendo que además se enfrenta a mil inponderables, se somete a las reglas del azar. Eso es el cine negro: humanidad y azar. Lo que se puede hacer con eso nos abre un panorama infinito, como lo es el ser humano, y lo es el azar.

Perdición. La mujer del cuadro. Chinatown. El halcón maltés. Cara de angel. La jungla de asfalto, Match Point...

Seres llevados siempre a sus límites, enfrentados a sus propios códigos morales, persiguiendo un sueño, o huyendo de una pesadilla, sometidos al azar. Ser guionista de una película como estas exige un cierto grado de sadismo. El escritor se divierte maltratando a sus seres, obligándolos a sacar de sí mismos lo más oscuro.

El crimen, el asesinato, es solo una excitante consecuencia de este ejercicio de sadismo. Lo esencial del cine negro es la radiografía del comportamiento humano, y para ello, para lograrla con nitidez, como haría el doctor House, hace falta forzar al máximo, buscar una situación extrema.

Match point tiene alma de cine negro puro y duro. Los sombreros, las solapas levantadas, el humo de los antros en la noche, los callejones oscuros... están aquí ausentes, pero el alma negra está intacta. Y cuenta con el agravante (dicho esto en positivo) de que el espectador vive la experiencia desde los ojos de ese ser llevado al límite por sus propias cartas, por el juego al que se ha lanzado imprudente e irremediablemente (en tanto que humano).

La frialdad del hombre normal. Eso vemos en Match Point. Resulta que estamos a un paso del crimen. Todos nosotros. Nuestra condición de humanos nos situa más o menos cerca de ese abismo. Nadie escapa a ello, todo depende de la partida en la que nos metamos, de la mano de cartas que nos toque, y de los jugadores a los que nos enfrentamos. Cine negro, o una mirada rápida a aquello de lo que somos capaces.

El azar pondrá el final a nuestra historia.