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España España · Lleida
Voto de Uma:
8
Drama Tras un matrimonio de conveniencia con un drogadicto, Lorna, una joven albanesa, está a punto de conseguir la nacionalidad belga. El plan es de su novio Fabio e incluye también provocarle una sobredosis al joven belga para que Lorna quede viuda y pueda casarse con un ruso que también quiere obtener la nacionalidad belga. Lorna no está de acuerdo con Fabio, ella prefiere solucionar el problema pidiendo el divorcio. Lorna y su novio están ... [+]
3 de septiembre de 2010
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por si a alguien le interesa, el Silencio de Lorna es una buena película. Una muy buena película.

El "silencio" del título es lo de menos. Boyero es lo de menos (hay que leerle siempre, pero para hacer lo contrario). El pasado de los Dardenne es lo de menos. El de Arta Dobroshi no nos importa un pepino (aunque haga aquí una interpretación maravillosa)... Las películas empiezan en el primer fotograma y acaban con los títulos de crédito.

Más que de "silencio", Lorna es sinónimo de soledad. Cuando uno ve a la rumana que tiene empleada en casa para las tareas domésticas, que trabaja como una mula y se marcha a las siete con una escueta sonrisa y un escueto "adiós", a uno se le pasa por la cabeza, ¿en que piensa esa mujer durante las seis horas que sin descanso se pasa fregando y sacando el polvo y haciendo lavadoras y planchando? Esta película nos da una idea: tiene tanto en que pensar, que trabaja por inercia. Por eso lo soporta.

Lorna plancha por inercia. Se casa por inercia, cuenta dinero, se ve con su mafioso por inercia. Camina por las calles de Lieja por inercia. Un paso tras otro, abriendo puertas, cerrando candados. Sobrevive a la soledad por pura inercia. A nadie le importa lo que hay dentro de ella, ni siquiera a su novio.

Pero Lorna tiene de repente un problema.

En esta película asistimos al revelado de una fotografía, a una polaroid, que lentamente ante nuestros ojos, pasa del opaco al color. El gris, toma forma, dibuja matices, Lorna se vuelve transparente, se convierte en una fotografía brillante. El click, el detonante es aquello más inesperado: tener que cuidar de alguien. No es algo nuevo, pero aquí está planteado de un modo radical y tratado con un tempo precioso.

Los desplazados, los solitarios, solo se ocupan de ellos mismos. La rumana de mi casa no traspasa nunca la línea de la corrección. No me regala nada.

El día que Lorna regala algo, sin darse cuenta, se derrumba, se debilita, pone a la vista su talón. El talón de Lorna. Ya no hay vuelta atrás, ya no hay vuelta atrás cuando un ser humano se activa. Lorna nos regala entonces toda la belleza de la vida, incluyendo aquí la locura. Y como siempre, entonces, todo es efímero.

Por si a alguien le interesa, esta película nos muestra otra vez la grandeza del ser humano en un mundo verdaderamente asqueroso.
Uma
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