El manantial se escribió tras el crack del 29 y las dos Grandes Guerras, pero su mensaje, como la de todas las obras que hablan de lo humano, sigue de eterna actualidad. Con las Torres Gemelas en el recuerdo, Wall Street en números rojos y una era tecnológica dominada por el ruido de las redes sociales, el cuento que nos propone King Vidor no podría ser más didáctico. El manantial es la historia de un hombre íntegro, fiel a sus ideales y capaz de luchar hasta el final por sus ideas (hasta en este aspecto podríamos leer una necesaria defensa de los derechos de autor y la propiedad intelectual, y más ahora que internet ha expandido el engañoso principio de que 'todo es de todos'). Más allá de cualquier lectura o conexión con el presente, El manantial es una de las grandes obras del Hollywood clásico porque combina espectáculo cinematográfico con la épica del buen guion y las buenas interpretaciones. Funciona mejor su parte social que el forzado y esperado romance (suponemos que el reclamo comercial sine qua non de la época), y tal vez su montaje no delimita demasiado bien los tiempos y los espacios (algo habitual cuando se trata de la adaptación de una obra literaria: hay que contar mucho en muy poco). Con todo, El manantial es una sesión de cine sólido que enriquece la mente y entretiene. Una gran película, una gran historia, y sobre todo un pedazo de la Historia en mayúsculas del siglo pasado, de incalculable valor para profesionales, estudiantes y curiosos del mundo de la arquitectura, el derecho y el periodismo.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities