Young adult es la confirmación, por si todavía le quedaba alguna duda a alguien, de lo gran actriz que es Charlize Theron. Sin ella la película no sería la misma. Tiene la versatilidad justa para pasar de la comedia al drama y al revés como quien no quiere la cosa.
La película encierra mucho más de lo que pueda parecer a simple vista, no es tan sólo un drama con tintes de comedia. Nos enseña como la vida, y por qué no decirlo el destino, puede ser más cruel con unos que con otros, reflejado en el personaje de la propia Charlize y en el de Patton Oswalt (el tullido antiguo compañero de instituto en el que mi querídisima protagonista ni se fijaba, pero cosas del destino hacen que años más tarde se encuentren de nuevo y se conviertan en complice el uno del otro). Las pequeñas cosas de la vida, esas que en apariencia son tan sencillas y parecen estar ahí para todo el mundo, para algunos no es el caso.
Cuando una mañana el personaje protagonista se levanta se da cuenta mirando unas fotos que su vida carece de sentido -¿qué ha sido de su vida?-. Da igual que tengas dinero, éxito profesional o que tengas lo que tengas, si no te sientes feliz, nada vale.

Me quedo con una frase de la protagonista:
-Me cuesta muchísimo ser feliz y en cambio, para otras personas parece tan sencillo...