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Voto de John Dunbar:
8
Aventuras James Parker y Harry Holt organizan una expedición a África para hallar un cementerio de elefantes que les proporcione el suficiente marfil para hacerse ricos. La bella hija de Parker, Jane, se une a ellos de forma inesperada y despierta una atracción inmediata en Harry. Pero un hombre mono llamado Tarzán y sus amigos simios secuestran a la chica. (FILMAFFINITY)
6 de enero de 2015
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Aunque no era la primera vez que el famoso personaje creado por Edgar Rice Burroughs era llevado a la gran pantalla, sí supuso la primera gran aventura del hombre mono en el celuloide. Y de ello se encargarían en buena medida Johnny Weissmuller y Maureen O'Sullivan encarnando al mítico Tarzán y su querida Jane. Juntos harían icónica en la historia del cine la figura del personaje de Burroughs, interpretando sus respectivos personajes hasta en doce ocasiones él y en seis ella.
Precisamente las seis apariciones de Maureen O'Sullivan haciendo de Jane en las seis primeras películas de la saga -si es que este término es acuñable para aquellos tiempos- coinciden con las seis veces que la Metro produjo las cintas y son, a mi juicio, las seis mejores producciones. A partir de ahí la calidad disminuye considerablemente.
Es destacable en todas ellas el realismo que ofrecen las secuencias en que aparecen animales, ignoro cómo lo harían, pero no cabe duda que están rodadas de manera muy realista y meritoria en la mayoría de los casos.

En esta primera película lo que comienza siendo una idílica y tentadora expedición hacia el deseado marfil, acaba convirtiéndose, como es de prever, en un auténtico desastre. Y ahí es donde entra en juego por vez primera la temida figura del hombre mono, la leyenda de la que han oído hablar, aquel ser que dicen se comunica con los animales y del que incluso las tribus más salvajes huyen como alma que lleva el diablo. Pero en realidad Tarzán -ese es su nombre-, emerge como salvador. No obstante, se lleva un suculento botín, una joven y bella chica que cautiva al hombre salvaje. Pero el rapto no supone ningún trauma, al contrario, algo despierta en la dulce Jane Parker. El fornido captor no es tan desagradable ni tan peligroso como reza la leyenda. Tarzán, Jane; Jane, Tarzán. Es parco en palabras, pero no sabe la lengua del hombre blanco sencillamente porque no la ha necesitado. Hechas las presentaciones, el resto es historia.

Estupenda película de aventuras, de las de antes que diría aquel, que incluso se permite el lujo de podersele sacar alguna moraleja acerca de la avaricia.
John Dunbar
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