17 de febrero de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Teniéndolo todo para ser un telebodrío, ha conseguido convertirse en una de mis películas de culto favoritas. El elenco de personajes, cada cuál más estrambótico y surrealista, no tiene desperdicio. Te atrapa desde el primer diálogo. Una lástima que no sea el piloto para una serie, porque esa cafeteria nocturna repleta de frikis, tiene mucha chicha. La trama en sí, no es nada del otro mundo, pero eso queda compensado con unos diálogos geniales y un casting acertadísimo. La cara de Stephen Baldwin dá grima normalmente, pero aquí ya es demasiado. Cualquiera diría que se tiró tres meses sin pegar ojo antes de el rodaje. El detective, interpretado por Edward Yankie, es encantadoramente insoportable. Atentos a la escena dentro del cine, porque es muy, muy divertida.
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