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Voto de Sines Crúpulos:
3
Thriller. Intriga. Romance. Drama Jimmy es un gángster retirado apodado "El Santo" porque nunca mató a un hombre; las palabras y la elegancia eran sus armas. Jimmy vive una existencia tranquila en la ciudad de Denver, hasta que un buen día recibe la visita de su antiguo jefe. Éste, apodado "El hombre con un plan", le propone un último trabajo: dar un susto a un chico que mantiene relaciones con la ex-novia de su hijo. Para llevar a cabo su tarea, Jimmy reúne a sus ... [+]
2 de mayo de 2008
110 de 195 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta triste cinta cada vez que alguien se cruza con Andy Bizcocho, exclama con admiración "¡Jimmy el santo!", aunque le vean a diario antes de tomarse su batido habitual. Lo hacen para recalcarnos a nosotros, los estúpidos espectadores, que el personaje de García es el más molón de los molones y que en su tiempo era la hostia en vinagre. Hay que creérselo, aunque te de imagen de gañán y no le hayas visto hacer nada más que sorber por la pajita.

Los viejos tiempos. También se repite continuamente. "los buenos tiempos, ¿eh, Jimmy?", "aquellos tiempos hicimos cosas grandes", "en los viejos tiempos era otra cosa". pues que hubiesen hecho la peli en los buenos tiempos en vez de darnos la brasa, joder...

Sé que resulto cansino pero tengo que volver a decir que esta peli es para emocionados de la vida. Siento ser tan pesado, en serio, pero es que últimamente he visto tal racha de cine para empalmaos que estoy empezando a coger complejo de impotencia.

Para conseguir tan bajo objetivo se recurre a los clásicos elementos de este tipo de películas. En esta, el recurso de la escatología como herramienta para impresionar resulta de lo más vulgar, barato y facilón que pueda uno imaginar.

La trillada historia paralela de amor (he de suponer que impuesta por la productora) que convierte las películas de hora y media en películas de dos horas y ralentizan la trama a base de parones absurdos, es en este título, además de intrascendente y aburrida, ñoña, ridícula e inverosímil.

El abuelo cebolleta que cuenta historietas en el bar es patético. Lo de copas de yate y lo de las palmas provoca arcadas al menos pintao. Para colmo, el viejo chochales de los cojones nos lo explica al final del film. Se piensan que somos gilipollas. Pero la palma se la llevan los alforfones, o alforoces, albornoces, o no se qué estupidez inventada por los guionistas para dejarnos con la boca abierta. Hay que tener una mente muy infantil para pensar que eso nos va a impresionar.

Entonces aparece Buscemi de manera estelar, en plan señor Lobo. Buscemi mola mazo, y la voz en off del cascao comienza a describirle mientras el camina con su maleta por la estación. Mola. Pero la escena desemboca gratuitamente en un callejón y termina de la manera más ridícula que se pueda usted imaginar.

¡Cuidado!, la fotografía oscura está muy conseguida: no se ve nada.

Conclusión: el único y exclusivo fin del largometraje es molar. Todas los planos, frases, personajes y canciones tienen ese objetivo. He calculado un poco a ojo el tanto por ciento que se ha conseguido en cada apartado:

planos: 10%
personajes: 15%
frases: 0.1%
canciones: 14.99%

La media es del 10%, es decir: 1, muy mala. Si la califico con un 3, es porque poner "floja" es la peor calificación para una película que busca desesperadamente la calificación contraria: "dura". Así que gracias a este patético chistecillo verde, se lleva dos estrellitas de regalo.
Sines Crúpulos
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