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Voto de Lafuente Estefanía:
10
Aventuras. Drama Antigua Roma, bajo el reinado de los emperadores Augusto y Tiberio (s. I d.C.). Judá Ben-Hur (Charlton Heston), hijo de una familia noble de Jerusalén, y Mesala (Stephen Boyd), tribuno romano que dirige los ejércitos de ocupación, son dos antiguos amigos, pero un accidente involuntario los convierte en enemigos irreconciliables: Ben-Hur es acusado de atentar contra la vida del nuevo gobernador romano, y Mesala lo encarcela a él y a su ... [+]
2 de noviembre de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Ben-Hur" es una de esas pocas cintas de las que recuerdas perfectamente cuándo y dónde la viste por primera vez.
Nosotros en el cine "Rosalea" de Segorbe. La venían anunciando con semanas de antelación: "Próximamente Ben-Hur". Por fin se concretó la promesa y hubo que empalmar las sesiones para que todo el mundo pudiera verla con el patio de butacas lleno.
Quienes la habían visto ya en la capital presumían contando la escena de las cuadrigas o de los remeros y sus bogas de combate, ataque o ariete. Spoiler llaman ahora a ese vulgar alcahueteo.
Daba igual, cuando en la oscuridad de la sala se sumergen los sentidos en lo que ocurre en la pantalla el resto no importa. Ni siquiera lo que opinan los entendidos. El cine, como es arte, es una vía de comunicación entre el creador y el espectador. Sin intermediarios. Por eso ante una obra de arte cualquiera las reacciones pueden ser tantas como personas y, además, en esta reacción influye mucho la propia actitud o las expectativas de quienes la contemplan.
En el caso de "Ben-Hur", para nuestra generación, niños todavía, eran los momentos de iniciación al cine. Y eso marca para siempre.
Pero si había un antes de ver la película, con la expectación y los comentarios, también había un después durante toda la semana hablando de los lances más salientes. Ahora sí, todos ya en plano de igualdad. En el caso de "Ben-Hur" creo que se hicieron unos cromos coleccionables con el álbum correspondiente.
Incluso se sacó una marca de tabaco con su nombre, cuya publicidad televisiva reproducía la frase que sirve de título a esta reseña, en la que un "romano" ofrecía a otro: "¿Un pitillorum? -Si es Ben-Hur". Eran los tiempos de "Jean", "Rumbo", "Bisontes" y otros cigarrillos por el estilo.
En lo cinematográfico es una obra maestra con un guion perfecto que sigue la novela homónima de Lewis Wallace. Cientos de extras, ambientación de lujo para un elenco también de lujo del que emerge un Heston imperial.
Perfecta asimismo la realización que sigue tres grandes líneas en otros tantos personajes: la defensa del pueblo de Israel por el príncipe Ben-Hur, la ambición política del tribuno romano Mesala y, al fondo, de la edad de ambos, la presencia de Jesús de Nazaret desde su nacimiento en Belén hasta su muerte en el Calvario.
Realización que alterna escenas intimistas de gran delicadeza con enfrentamientos bélicos o cuestiones políticas. Personajes magistralmente retratados.
Escenas como la carrera de cuadrigas, el enfrentamiento naval o el valle de los leprosos, forman parte ya de la mejor historia del cine. Como la película completa.
No sorprenden en absoluto las cifras que presenta "Ben-Hur" en FA de espectadores, de críticas y, sobre todo, de valoración.
Una cinta que hay que ver de vez en cuando.
Y cuando los de alrededor hagan burlillas con nuestra afición a "Ben-Hur", respondan imperiales como en el viejo anuncio del tabaco: "¿Un pitillorum?"
Lafuente Estefanía
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