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Voto de Lafuente Estefanía:
7
Western Cuando Bob Carey sale de la cárcel, después de una larga condena por asesinato, inicia la búsqueda de María, su antigua novia. Pero pronto averigua que, durante su ausencia, ésta se ha casado con Clifford, un rico hacendado. La felicidad de dicho matrimonio es sólo aparente, María, en realidad, está gravemente enferma; padece un tumor cerebral cuyas molestias ella atribuye a un imaginario embarazo. Para operar a María es necesario ... [+]
16 de septiembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bob Carey (Piaget) acaba de cumplir condena en la cárcel por un asesinato y vuelve al pueblo. Allí lo está esperando Ringo (Hundar) y sus hermanos que quieren vengar la muerte que motivó su condena. Sin tanto entusiasmo, pero también aguarda su llegada la antigua novia, María (Milland), ahora casada con Clifford (Puente), un rico propietario de la ciudad.
¿Cuántas veces hemos visto este mismo planteamiento en el western? Esta circunstancia, unida al tópico de ser una cinta española mueve enseguida a cambiar de canal. Error. Error grave porque se trata de una obra no solo digna, sino buena.
Para empezar Cliff ama a su esposa hasta el extremo de vender cuanto tiene para partir hacia Laredo donde, supone, encontrará un cirujano capaz de atender la enfermedad de María. El médico le ha diagnosticado un tumor cerebral incurable con sus medios. Sus mareos y desmayos no los produce el embarazo que le mienten, sino un quiste considerable y grave. Sombrerazo al doctor que con tan escasos medios hace el pronóstico.
A pesar de su estado y a pesar del peligro que corren, Cliff convence a un veterano conductor de caravanas, Rogers (Sanz), para partir enseguida con la "protección" de unos cuantos aventureros entre los que se encuentra Bob y un mestizo que atiende por Apuestas (Sancho).
Después de despachar Bob en una emboscada que le tienden a los hermanos de Ringo a este, más pequeño, se conforma con desarmarlo atravesando sus manos. Lavadas y vendadas las heridas continuará con la caravana al acecho siempre de su adversario. Luego se infectarán un poco con la fiebre consiguiente pero, como era costumbre, se cauterizarán pasando sobre ellas un cuchillo al rojo vivo.
El resto de la película es la travesía, el viaje que siguen sorteando todo tipo de dificultades. Nieves, desiertos, sed, indios ... y las luchas intestinas dentro del grupo. Una vez más, como en las mejores obras del género, el camino es lo importante, el camino ofrece la oportunidad de perfilar la personalidad de los viajeros, de remover sus instintos, de mostrar la posibilidad de regeneración, de sacar de cada uno de ellos lo mejor y lo peor, la generosidad y el egoísmo, la valentía o la cobardía ... Romero, el director, se muestra aquí como un maestro que está rozando el nivel del los grandes.
Claro que parte de un guion consistente y sólido como pocas veces muestra el western mediterráneo que ahora, precisamente, empieza a dar sus primeros pasos. Grandes interpretaciones, Puente incluido en un papel que no era fácil para quienes lo tenemos muy visto en otros completamente distintos. También el inefable Sancho en una de sus mejores interpretaciones, por fin es algo más que un sucio mexicano aunque parezca que es esa su función.
Excelentes escenas de cabalgadas o de carromatos clavados en la arena, atravesando ríos y subiendo montañas. Como también son espectaculares las cargas de los indios contra un fuerte sólido y bien plantado.
Tal vez el momento más vibrante llegue cuando, en pleno desierto, sin agua y con el carro clavado en la arena, María y el resto de viajeros conozcan la causa real del viaje, proporcionando entonces un giro inesperado a los acontecimientos. Como señala la famosa novela de Amador D. Gervasio, "La muerte puede esperar".
Una buena película, hecha con medios modestos como corresponde al cine español de la época, que bien merece ser algo más conocida y reconocida. Muy recomendable.
Lafuente Estefanía
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