Hay que reconocer que el argumento presenta una cierta originalidad por aquello de adornar la sepultura del padre con los galones de los soldados que mata a sangre fría Johnny (Lawrence). Ahí se acaba casi todo el interés de la cinta, pues el resto es otra cosa.
Un guion que se dedica al hilvanar secuencias peguen o no peguen, de las que sobran bastantes. El resultado es una obra mediocre y difícil de seguir. Johnny, además de matar soldados se dedica por ahí a robar, primero con unos, luego con otros, al final con otros distintos. Tras él, además del teniente Harris Garringo (Steffen), parece que va también un cazarrecompensas.
Para postre hace su presencia el Dr. Grayson (Induni) que no está por la labor de curar, "los doctores solo recomiendan cosas imposibles", pero sí por la de comprar un rancho a un informal cascarrabias. Prácticamente ninguno de los dos vuelve a aparecer. Solamente Nancy (Salerno), la hija del doctor en un papel insípido y simple.
Personalidades poco desarrolladas, rudimentarias, planas. Interpretaciones rutinarias, con la excepción tal vez de Bódalo en el papel del sheriff de Campana para el que no parecía especialmente apropiado.
Cinta lenta, fría, sin ritmo ni gracia. Ni siquiera los golpes del gracioso de la colonia o de la mudanza.
Bastantes tiros, sobre todo Garringo que se despacha seis o siete de una tacada sin recargar el colt. ¡Bingo, Garringo!
Película floja. Para muy fans del western hispano.