El tema no es del todo original. En realidad trata de comancheros que se adentran en territorio indio para recuperar las personas que antes han secuestrado.
Uno de ellos es Cody (Scott) que al cabo de diez años todavía confía en hallar a su mujer entre los indios. No duda en ofrecer los presentes preparados para el trueque, incluso su propio rifle, para llevarse a la bella Nancy Lane (Gates). Durante el regreso, en un alto que hacen en la desierta Comanche Station, la posta de las diligencias, aparecen tres jinetes acosados por los indios que finalmente huyen de allí a tiros.
Puede decirse que es en este preciso momento cuando arranca la cinta en sí, pues es entonces cuando se inicia la exposición de la trama. Los recién llegados forman una pequeña banda de facinerosos capitaneada por Ben Lane (Akins) al que acompañan dos jóvenes todavía inexpertos, Dobie y Frank. Explican estos que el marido de Nancy ha ofrecido nada menos que 5.000 dólares por recuperarla viva o muerta. La noticia deja perplejo a Cody que nada sabía del premio, molesta a Nancy que pensaba que aquel había actuado de forma altruista y hace que Ben empiece a forjar planes para quedarse con la recompensa cueste lo que cueste.
El resto es el viaje hasta Lorsburg, despacio, con alguna escaramuza con los comanches, con tiempo suficiente para repasar la situación. A todos llama la atención que el esposo de Nancy ofrezca una recompensa pero que no vaya personalmente en busca de su mujer, "Amor de alguna manera", comentan con displicencia. Esta circunstancia reforzará el interés morboso de los hombres hacia ella, "Observa siempre la marca para reconocer el ganado de otro". ¿Todos los hombres? No, ahí está Cody en el papel eterno de Scott, callado, prudente y aparentemente distante. Solo aparentemente, pues la buena Nancy también parece sentir por él cierta atracción.
Otra vez la importancia del camino para desgranar en sencillos diálogos la personalidad de estos pocos actores que componen el elenco. Y hay que agradecer al guionista que nos presente personajes ricos en matices. Ahí tenemos a los jóvenes que no terminan de entusiasmarse con el proyecto mortal de Ben, pues recuerdan todavía los consejos de sus padres recomendado que intenten "Ser alguien en la vida", "Hacer algo de lo que sentirse orgullosos". Y lo harán, aunque les cueste la vida. Incluso el malvado Ben tiene la oportunidad de mostrar detalles caballerescos que culminan lamentando al final "Hasta donde llega un hombre por dinero".
En lo sanitario citar el uso del "Linimento de burro", sin duda referido a alguno de los varios linimentos para caballos que se han elaborado siempre, a base de mezclar hierbas naturales machacadas en el mortero con diversos aceites emulsionados en agua. Solían tener propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antisépticas, por lo que se usaban tanto para aliviar la rigidez temporal de las articulaciones y músculos, como para curar las heridas.
Dentro de las modestas pretensiones de la película hay que reconocer las bondades del guión, de la dirección y de la interpretación, especialmente, ya lo hemos dicho, en lo que se refiere al análisis de los personajes que culmina con un magnífico final que explica la actitud del marido de Nancy. También con el héroe, que por supuesto ha rechazado el premio, cabalgando en solitario contra el horizonte tal como lo había visto al comienzo. En resumen, una buena película muy poco conocida.